miércoles, 3 de octubre de 2007

Leer y escribir en prisión: una charla en la feria del libro



18:05hs. del martes 2 de octubre en la carpa exterior de la feria del libro, no llegaban a diez personas. Nervios e incertidumbres. A Flavia le sacaron las esposas al bajar de la camioneta de GEO, una custodia, una tutela y la Oficial a cargo del Pabellón Femenino eran toda la compañía que traía, conmigo 3 estudiantes de bibliotecología, mejor dicho, 3 amigas que estudian bibliotecología y en el público, que no llegaban a 10 personas al comenzar, 2 colegas, Débora Núñez, cuenta cuentos y María Rosa Capó, narradora, ninguna sorpresa.
Para romper el hielo comencé a charlar con el público, ver por qué decidieron entrar en esa carpa, luego presenté a Flavia y arrancamos, mientras ella contaba acerca del libro que escribieron entre todas las reclusas de Canelones, próximo a editarse, y al cual titularon "Anécdotas de la cárcel" y de la ayuda que Emaús brinda a estas personas.
La carpa se llenó.
En un momento se habilitó una instancia de intercambio, Flavia y el público charlaban sobre la necesidad de contar lo que se siente estando en prisión. A veces se cree que las personas que están presas solo quieren hablar de eso, pero me pregunto: si esperas un hijo ¿de qué hablás?, si tenés un enfermo grave en tu familia ¿de qué hablás?, si conseguiste trabajo nuevo, ¿de qué hablás?.
Las personas hablamos y escribimos acerca de lo que nos pasa, claro, no estamos embarazadas 10 años, no tiene nuestro hijo 18 meses durante 10 años. Qué dificil es entender cuando no nos pasa a nosotros.
Flavia lo dijo, es una necesidad el hablar, expresarse, escribir, porque es lo que viven, porque es lo que tienen, y porque es una manera de no perder el vocabulario, la habilidad de pensar y comunicarse.
Y estaba Débora y la invitamos a que nos cuente su experiencia de contar cuentos en la cárcel, y estaba Mariana Migliaro, la tallerista que trabajó también gratuitamente en Canelones y contó lo que significó para ella trabajar con presas.
Leímos dos cuentos, y cerramos la presentación 10 minutos antes de la hora, creo que ya habíamos dicho todo lo que podíamos en ese momento, las emociones primaron.
Las ausencias esperables fueron mitigadas por la gente que se acercó y nos dijo, en el caso de una muchacha: "ya lo decidí, quiero ser bibliotecóloga" y otra se acercó para ponerse a disposición y trabajar con la literatura.
Pasan estas cosas, esperás un público y se te acerca otro, gente de bibliotecas populares, infaltables, gente inquieta que quiere hacer algo y no sabe donde ni qué y ahí descubre que puede dar algo.
Cerramos, recorrimos la feria y le pregunté:
-¿y?... ¿cómo te sentiste?
- y cómo querés que me sienta, es el mejor regalo que he recibido, hoy es mi cumpleaños.
-!!!!!!!!
Cuando las cosas son buenas el destino se encarga de darles su lugar.
Gracias Flavia por animarte, gracias Oficial Gabriela Saez por apostar a que se puede, gracias Sr. Juez por autorizar esta salida, gracias Cámara del Libro por este espacio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola desde Colombia, me llamo Juan Fernando, quisiera escribirme con personas que estan privadas de la libertad, poder darles una voz de aliento y enviar animo en los duros momentos de la prisión.mi email es ingeseg@hotmail.com
gracias.

JUAN FERNANDO
CALI COLOMBIA
SUR AMERICA

Liana González Liesegang dijo...

Juan Fernando que gusto por tu interés en el bienestar de las personas privadas de su libertad, quiero decirte que si bien este no es un espacio de comunicación entre reclusos por el hecho de que Internet es solo accesible para unos muy pocos, haré una entrada especialmente para tu oferta ya que me parece interesante habilitar un espacio para quienes como tu, tengan estas inquietudes y aptitudes para ayudar a estas personas. Te mando un abrazo esperando que otros se sumen a tu sensibilidad.

Liana González Liesegang dijo...
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