martes, noviembre 04, 2008

El cícero y la pica

"... Cuando ocupamos Filosofía y Letras con el Comuna de París se hicieron los parapetos con libros: de Kant, Goethe, Cervantes, Bergson... y hasta Spengler. Mejor cuando eran autores de muchos tomos, porque a Pascal, a San Juan de la Cruz o a Epicteto los hubiesen traspasado con una sola bala de fuerte calibre. Lo que allí servía eran los setenta y cuatro tomos de Voltaire, los setenta de Victor Hugo, las obras completas de Shakespeare, la Biblioteca de autores españoles de Rivadeneyra, empastados y en papel de mucho cuerpo... Ahí supe, de bruces entre bibliotecas transformadas en parapetos, que las letras y la filosofía podían tener utilidad... Ahí metiendo el cañón del fusil entre tomos de Galdós- otro autor muy apreciado, por prolífico, en tales momentos- pude decir como Mallarmé: La chair est triste, hélas! et j'ai lu tous les livres"..."

Alejo Carpentier

5 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno recordar la materialidad de los libros. El tomo y su lomo hacen barricada y no son un follaje para el camufleo baudrllardiano.

Y desde luego cubren como de ninguna manera lo hace el panfleto. Ese agente transmisor de la lepra setentista. Hoja de posición ante..: pose napoleónica y mueca de ego anémico,que no es mas que gesto contra el aire buscando el eco de la subvención y las medallas de papel y penachos del abrazo aristocrático de la institución.

Por recomendación suya lei "el hombre llamado jueves", y sí, el jueves se llamaba jueves.

amm

David S dijo...

Les hubiera ido bien esa edición en facsimil de los Cuadernos de Paul Valéry (recuérdese: 29 volúmenes, 26.000 páginas).

sublibrarian of the year dijo...

amm: ¡si fuera panfleto! La cosa ha descendido al tríptico con pretensiones de epidemiólogo: "no cocines bacalao en olla vegana", "lo que usted siempre se temió acerca de las relaciones queer y nunca se atrevió a preguntar en el pleno de su grupo de afinidad"

David: ¿sabe usted si alguien se leyó alguna vez semejante muro de Berlín?

David S dijo...

Creo que alguien de la familia de Valéry se puso a ello, pero fracasó en el intento.

sublibrarian of the year dijo...

Por preservar el patrimonio del yayo se hace cualquier cosa, oiga.