Carbonero común (Parus major)
Nombres vernáculos onomatopéyicos:
Cagachín, Caganchín, Cagachinas, Chichipán, bisibisi, renche: todos ellos son simplemente onomatopéyicos sin ningún significado.
Aguaquí: además de imitar el canto del ave, cuentan que cuando canta atrae el agua y llueve a los pocos días.
Chochoví: como los anteriores también imita el canto del ave. En la localidad de Carcabuey le llaman así. Comentan que canta contento este "chochoví" cuando se encuentra con alguna aceitunera que se apartó un poco para orinar y le ha visto el "chocho". Cuando una aceitunera se desmarca para orinar, si se oye al carbonero, se convierte en el blanco de las burlas del resto de la cuadrilla que le dicen que el carbonero le ha visto sus partes íntimas y va todo contento anunciándolo a los cuatro vientos "chochoví, chochoví, chochoví,…".
Nombres Vernáculos:
Curita, Curica, Curilla: le llaman así por el capirote negro.
Pajarito del agua: le atribuyen la cualidad de poder adivinar cuando va a llover y cantando lo anuncia sin parar. Los aceituneros, que siempre están pendientes de las condiciones meteorológicas, y que el agua en época de recogida de aceitunas no les beneficia, cuando le oyen, dicen despectivamente: "ya está ese anunciando agua".
Cerrojito, Cerrojillo: recibe estos vernáculos por lo parecido de uno de sus reclamos "pi-pí, pi-pí, pi-pí,…" con el abrir y cerrar de un cerrojo.
Mosquetero: en algunas zonas le llaman así porque dicen que tiene una cruz negra grabada sobre el pecho amarillo, como si de un mosquetero se tratara.