Blog de Antonio Javier Roldán sobre adolescencia y educación

Capítulo 20


viernes, diciembre 19th, 2008

 

Estás castigado

 

Emilio Calatayud es un juez de menores de Granada muy conocido por sus sentencias, dirigidas a corregir la alteración de la convivencia de manera educativa, para que el inculpado sea el protagonista de su propio castigo, que servirá como medio para reparar el daño causado. Por ejemplo, condenó a impartir 100 horas de clases de informática a un joven que había crackeado varias empresas granadinas provocando daños por 2000 €, y a visitar la planta de traumatología de Granada a otro menor por viajar en su moto sin casco.

A veces, cuando las palabras se las lleva el viento y los límites que hemos marcado al adolescente son sobrepasados, el castigo se hace necesario como último recurso para educarle la autodisciplina e indicarle que ha saltado la valla de la zona que le hemos acotado para que ejerza su exploración del mundo adulto.

Veamos un ejemplo: Pasculita está de marchuqui en una discoteca.  Mira el reloj. Las 22:34 horas. Si no se da prisa perderá el bus y no llegará a casa a las 23:00 horas, como había pactado con sus padres. Lo malo es que el ambiente está a tope y parece que  Pascualito por fin se ha dado cuenta de que ella existe y se siente interpelado por las miraditas que lleva lanzándole durante casi un mes. ¿Será cegato? En ese momento, el concepto del tiempo, tan distinto en los adolescentes y en los adultos, le indica a Pasculita que viva el presente, que ya afrontará mañana las consecuencias de lo que pase, y que Pascualito está en la discoteca ahora, en ese momento, y que lo que suceda un minuto más tarde ya es el futuro y está por llegar. Por cierto, uno de los síntomas de abandono de la adolescencia que percibo en mis alumnos mayores es cuando ya no sólo piensan en el momento actual y se preocupan por la nota media y su porvenir. Total que Pascualita apaga el móvil, para simular que no tiene cobertura, y se dispone a vivir “su noche” media hora más.

Mientras, en su casa, los padres de Pascualita comienzan a mirar  el reloj inquietos. Pero no le dijiste que a las once. Pues ya son las once y veinte y esta niña sin dar señales de vida. Llámala al móvil. ¿No lo cogen? Se inicia el ataque de pánico. ¡Ay Dios! ¿No le habrá pasado nada? ¿Por qué no llamas a los papás de Nuria, su amiga? No sé, los vamos a asustar… Ellos harían lo mismo. Venga, llama. Un tono… Dos tonos… Tres tonos… ¿Diga? Buenas noches. Soy Carmen, la madre de Pascualita, que… ¿¡¿Le ha pasado algo a Nuria?!? No hija, no. Es que no sé nada de la mía, que no ha llegado a casa y quería preguntarte si sabes algo, porque no me coge el móvil. ¡Uf! ¡Qué susto me has dado…! Pues la verdad es que tampoco ella ha venido, porque como vosotros dejáis a Pascualita que vuelva a las doce, nosotros hemos decidido hacer lo mismo y aún falta media hora. Perdona, pero yo a mi hija le dije que a las once, no a las doce, y me dice que soy una dictadora, no como tú. (Silencio) Nos están tomando el pelo a las dos. Ya verás cuando vengan. Va a haber más que palabras. Bueno hija, la primera que sepa algo que llame, que yo no me duermo hasta que oiga la llave.

A eso de las doce Pascualita abre la puerta. Como ahora su presente consiste en afrontar una bronca,  ahora sí está arrepentida y preocupada, no como en el pasado (una hora y pico antes). Como agravante en el juicio, apesta a tabaco, le brillan los ojos y teme llevar un chupetón en el cuello. Está condenada de antemano y preparada para recibir una sentencia inapelable.

El primer impulso de sus padres al verla aparecer tan ufana por el salón es montarle a Pasculita un pollo de una escala de 20 sobre 10, dejarla sin salir los fines de semana hasta que las ranas crien pelo, suspender la paga por los siglos de los siglos y organizar un auto de fe, junto a otras familias, para icinerar la discoteca con los dueños dentro. Sin embargo los padres de Pascualita se tragan con resignación los impulsos que les pide el cuerpo y optan por mandar a la interfecta a dormir, que por la mañana será más fácil dialogar. Cuando la pareja se encuentra a solas llega el momento de ponerse de acuerdo en las medidas a tomar, para que su hija se tope al levantarse con un frente común infranqueable.

Ambos adultos tienen claro que el castigo debe ser proporcionado, que no afecte a  las necesidades básicas ni de ella ni del resto de la familia, que tenga relación con una pérdida de premios o privilegios y que sea temporal (descartando así la reclusión perpetua propuesta por papá). Veamos, ¿qué perjucio ha causado a la familia al llegar tarde? Nos hemos puesto nerviosos, hemos dormido menos, hemos molestado a la mamá de Nuria… Además, ha fumado y bebido, que es malo para su salud… Bueno cariño, eso mejor lo hablamos otro día, para no mezclar los problemas. Sí, pero también se ha perjudicado a sí misma al no respetar los límites que acordamos con ella.

A la mañana siguiente Pascualita acude a desayunar con el semblante del quien va a ser guillotinada. Se sienta frente a la taza del desayuno y se resigna a escuchar el vedericto. Hija, a causa de tu retraso hoy hemos dormido menos horas, por lo que tu madre y yo nos acostaremos hoy más pronto para recuperarnos. El sábado que viene nos tocará a nosotros relajarnos, así que tú cuidarás de la casa y de tu hermana. ¡Ah! Y mañana sería conveniente que prepararas tú el desayuno, que lo mismo estamos remolones. La madre añade otro detalle: Por cierto tienes que llamar a la mamá de Nuria para disculparte por el susto de ayer.

 

Pascualita observa a sus padres y les pregunta si eso es todo lo que le espera. No, nena. Ahora te toca a ti. También tú has perdido algo. Tenías unos límites marcados que no han funcionado, por lo que tienes que hacer reforma. Ya sabes, tirar algún tabique y levantarlo de nuevo. En el tabique agrietado ponía “Regreso a las 23:00 horas”. Cuando levantes el nuevo, de las 22:30 horas, debes ser más cuidadosa con él para ver si resiste tus golpes. Luego, si ves que vuelve a ser resistente, te puedes plantear reconstruir el de las 23:00 horas.

Podemos equivocarnos, por supuesto. A veces encontrar un castigo proporcional y reparador es una labor ardua y difícil, pero vale la pena. También conviene decirle que esos tabiques, esos límites, están ahí para evitar unos riesgos cuyas resultados el adolescente y los padres desean evitar, como abuso de las drogas, alteración del sueño, problemas académicos, embarazos no deseados, accidentes,  encuentros con delincuentes, etc. Por eso es tan importante que en la adolescencia los límites estén muy claros desde el principio, así como las consecuencias derivadas de su incumplimiento.

Decía Rabindranath Tagore  que “Sólo puede castigar quien ama”. Ojalá nunca olvidemos esa premisa tan importante que es educar desde la afectividad.

Antonio Javier Roldán

 

La Pavoteca examina a…

 

Víctor Ullate

Biografía: Wikipedia

Web: Oficial

1.Pregunta de Matemáticas: ¿A qué edad recuerda que se inició su adolescencia?

Cuando me fui a Cannes a bailar a la fiesta de fin de curso de la escuela de Rosella Hightower con la hija de María de Ávila. Tenía 13 años y fue la primera vez que salía de mi casa solo. Me sentí mayor por primera vez.

2.Pregunta de Ciencias Sociales: ¿Cómo percibía entonces la sociedad que estaba descubriendo?

Me daba miedo, era un mundo desconocido y no sabía lo que me iba a encontrar, lo que me iba a deparar la vida, ni las personas que iba a encontrarme, si me iban a ayudar o no. Pero tenía sobre todo muchas ganas de triunfar.

3.Pregunta de Tecnología: Hoy en día muchos adolescentes se sienten fascinados por las consolas, los ordenadores, los móviles… ¿En qué empleaba usted su tiempo libre?

Yo jugué bailando, bailaba dentro de la escuela y fuera, siempre. Me hubiera gustado quizá jugar más con otros niños, pero mi madre no me dejaba por si me lesionaba. Pero bailar era realmente lo que a mí más me gustaba.

4.Pregunta de Lengua: ¿Cómo era su comunicación con los adultos?

Yo vivía en mi mundo de fantasía e ilusión, era introvertido, no me comunicaba mucho con ellos.

5.Pregunta de Educación Física: ¿Le importaba mucho su aspecto físico?

No, lo quería era crecer más, estaba obsesionado con crecer. La danza me daba buen aspecto físico, por lo que no me preocupaba por ello, pero sí me hubiera gustado ser más alto.

6.Pregunta de Educación Plástica: En la adolescencia procuramos escoger nuestra ropa según la imagen que queremos transmitir a los demás. ¿Cómo era su imagen entonces?

Mi imagen de entonces era cuidada, pero sin más, era bastante despreocupado en ese sentido, y las marcas me daban igual, nunca le di importancia. Era otra época, con un par de camisetas de quita y pon y poco más.

7.Pregunta de Ciencias Naturales: ¿Recibió alguna información sobre educación sexual o prevención de drogas fuera del entorno familiar?

No, ni fuera, ni dentro, lo típico “ten cuidado”, entonces era tabú el sexo, te hablaban de “la semillita”, era lo único que te decían, y que “el beso era pecado”.

8.Pregunta de Música: ¿Qué tipo de música o artistas escuchaba en su adolescencia? ¿Los sigue escuchando?

Escuchaba las músicas que me tocaba bailar, casi siempre clásicos de varios estilos. Sigo escuchándolos, y los temas de las coreografías que preparo, ritmos de otras culturas; además me encanta Lisa Gerrard.

9.Pregunta de Idioma extranjero: ¿Sintió alguna vez que nadie le comprendía?

No, tenía unos padres que me comprendían muy bien, creyeron en mí y gracias a ellos pude realizar mi sueño.

10.Pregunta de Religión/Ética: Al llegar a esta etapa de la vida, ¿hubo algún cambio en sus valores o principios?

Sí, claro, le das importancia a lo que la tiene, te vuelves más permisivo, más generoso, más comprensivo. Durante la juventud, piensas más en ti, y más tarde piensas más en los demás, y compruebas que una sonrisa vale más que todas las demás cosas.

¡Muchas gracias, Víctor!

Materiales recomendados

 

Web: “Lo estoy dejando”

La web “Lo estoy dejando” es una iniciativa de la Asociación Española Contra el Cáncer y el Ministerio de Sanidad y Consumo para que los adolescentes puedan dejar de fumar o ayudar a terceros que han empezado. No olvidemos que el tabaco es una droga legal y como tal es perjudicial y abre la puerta a otras drogas.

Existen tres zonas en la web: Información (para fumadores, no fumadores que quieren ayudar a terceros y sobre el tabaco), El reto (para ayudar a dejar de fumar en un plazo escogido) y Novedades.

Es muy interesante la zona de “El reto” porque en ella es posible darse de alta para recibir pautas y ayudas de profesionales y de algún nuevo amigo que te ayuda desde Internet.

Es muy curioso darse un paseo por el concurso “Acaba con Piti”, en el que adolescentes de tres categorías por edades nos ofrecen sus trabajos y manualidades a partir de sus reflexiones sobre el problema del tabaco.”


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