miércoles, 23 de abril de 2008

Narrativas (IV). Tiempo narrativo

En literatura se trabaja con dos tipos de tiempo. Por una parte el tiempo cronológico, es decir, el de los calendarios y relojes, y por otra el tiempo psicológico, que es la percepción individual del paso del tiempo. En un relato cabe distinguir dos aspectos: el orden de los hechos y el ritmo del relato.

En el orden de los hechos tenemos el tiempo de la historia, que tiene un carácter cronológico, y el tiempo del relato. Un relato puede comenzar de tres maneras distintas: por el principio, por el final o en un punto intermedio (in media res), que es el más común en literatura en nuestro tiempo. A partir de ahí, el narrador puede hacer uso de flashbacks (retrospección) o forwards (anticipación).
  • Los flashbacks se usan para contar los antecedentes de un personaje, para darlo a conocer y justificar sus acciones. Porque no debe olvidarse que en narrativa todo debe tener una justificación. Las acciones de un personaje deben seguir un patrón lógico para que este sea creíble. El uso de estas técnicas deben tener una función narrativa. No vale usar un flashback porque sí.
  • Los forwards, en cambio, se usan para despertar el interés del lector. Son muy frecuentes en el inicio de una novela. Un clásico (y magistral) ejemplo de forward es el usado por Gabriel García Márquez en el inicio de “Cien años de soledad”.
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo."

El ritmo del relato, o la relación entre la duración del tiempo de la historia y la del relato. Estas técnicas se usan para reducir o alargar el tiempo del relato respecto del tiempo cronológico.
  • En un extremo está la elipsis, que es la ausencia de relato de un tiempo cronológico, se omite, permitiendo al lector rellenar ese espacio no narrado a partir de lo narrado antes y después.
  • A continuación está el resumen, que el propio nombre ya lo describe.
  • Justo en medio tenemos la escena, en la que el tiempo cronológico es el mismo que el tiempo del relato, ya que se muestra lo que está sucediendo en ese momento.
  • Y finalmente está la pausa, que puede ser descriptiva o reflexiva. En ella el tiempo del relato es mayor que el tiempo cronológico.

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