RUTA DE LOS MENHIRES DE VALDEOLEA

De Mataporquera a Mata de Hoz, a pie o en bici de montaña (13 kilómetros)

 

            Mataporquera: la ruta se inicia en la capital municipal de Valdeolea, en concreto en la parte más alta del pueblo, frente a la iglesia de Santa Eulalia y el cementerio. Cruzar la carretera y una portilla con barrera canadiense, tomando un camino que asciende por una ladera herbosa hacia el Suroeste. Hay que dejar a la derecha una nave de bloques (Los Montadores) y bordear un bosque de robles jóvenes (El Monte de Mataporquera) hasta encontrar una torreta del tendido eléctrico, entrando entonces en el robledal, que se atraviesa por un sendero. A la salida del bosque se encuentra una pradería (Campo Calí) y una pista que hay que seguir de frente hasta un pinar, girando entonces a la derecha para alcanzar la cima de un pequeño altozano (cota 991), donde está el primer menhir.

            Menhir “El Cañón”: también conocido con el significativo nombre de “Piedrahita”, antes de su restauración todavía estaba hincado, pero tan inclinado que recordaba a un cañón. Tiene 3’68 metros de altura, dominándose desde su emplazamiento una completa panorámica del valle y su entorno, aunque las copas de los pinos la ocultarán en breve. Tenemos que retroceder hasta el último desvío y girar ahora a la derecha, para encontrar una bifurcación a la salida del pinar. Seguiremos a la izquierda, para dejar el camino cuando empieza a subir a la izquierda, y seguir de frente campo a través encontrando en seguida el segundo menhir del recorrido.

            Menhir “El Peñuco”: situado en el paraje denominado Mandafril, inmediato al pueblo de Bercedo, tiene 4 metros de altura. Desde el lugar también se domina el paisaje circundante, divisándose los pueblos de Las Henestrosas, La Quintana y Las Quintanillas, además del cercano Bercedo. Ahora tenemos que bajar hacia el Norte, para tomar un camino bien marcado que nos lleva en esa dirección, cruzándose con otras pistas. Tenemos que tirar por la segunda pista a la izquierda, alcanzando un nuevo cruce junto al cual existe un manantial con restos de un antiguo lavadero (Las Fuentes). Aquí hay que girar a la derecha, de nuevo hacia el Norte, siguiendo a la derecha en otra bifurcación, y después a la izquierda, situándose en lo alto de un cerro, a la derecha de la pista, el tercer menhir del recorrido.

            Menhir “El Cabezudo”: ubicado en el paraje denominado El Olmo (cota 952), es el mayor de los encontrados en Valdeolea y uno de los más grandes de España, con 4’85 metros de altura. Antes de su restauración estaba partido en dos mitades. Para continuar el recorrido hay que descender de nuevo a la pista y seguirla hacia el Norte, tomando el segundo desvío a la derecha, y siguiendo después por otra pista a la izquierda. Muy cerca ya de la carretera, en un encuentro de pistas, se ubica el cuarto menhir, abrazado por una estructura metálica.

            Menhir “La Llaneda”: tiene 3’78 metros de altura, y había sido derribado y desplazado de su emplazamiento original, que se desconoce, por lo que se ha levantado en este lugar de fácil acceso desde la carretera. Para continuar hay que salir a dicha carretera, seguirla unos metros a la derecha y, al llegar a la altura del desvío a la localidad de La Cuadra, entrar a la derecha, viendo ya el quinto menhir, situado a escasa distancia al otro lado de un arroyo, el cual se puede cruzar por unos “pasaderos” (piedras colocadas en el cauce para permitir el paso).

            Menhir “La Puentecilla”: es uno de los más pequeños, con 2’35 metros de altura, habiendo sido restaurado, pues estaba partido. Ahora tenemos que volver a la carretera y seguirla de nuevo hacia la derecha, en dirección a Olea. Caminaremos por ella algo más de 3 kilómetros, hasta Reinosilla, teniendo cuidado con los coches, aunque el tráfico es muy escaso y el paisaje sumamente agradable. También hay que prestar atención para no pasarse de largo los menhires sexto y séptimo, situados a escasos metros de la carretera, en una zona de matorrales que queda a la izquierda. Nada más dar vista al aislado mesón de Casasola hay que cruzar una alambrada (hay una portilla) y ascender entre los matorrales para encontrar en seguida los dos menhires.

            Menhires “La Matorra I” y “La Matorra II”: están juntos y son los más pequeños, con 1’60 y 2’20 metros respectivamente. Después de verlos hay que volver a la carretera y seguir por ella dejando atrás Casasola, antigua casa consistorial de Valdeolea y actual mesón. Al llegar a Reinosilla, pueblo que alberga una importante colonia de cigüeñas y que quedará a la izquierda, seguiremos un poco más por la carretera, hasta ver una laja megalítica situada a la izquierda de la misma.

            Laja megalítica y “menhir-puente” de Reinosilla: la laja pudo pertenecer a un dolmen destruido, siendo acarreada hasta este lugar para servir de rústico puente sobre un cauce de agua. Unos metros más allá, a escasos metros de la carretera, pero hacia el otro lado, puede verse un dolmen cruzado sobre un arroyo con idéntica función. Una vez vistos ambos “puentes megalíticos”, retornamos hacia Reinosilla, y en la misma curva de la carretera entramos a la derecha, e inmediatamente otra vez a la derecha, tomando una pista que nos conduce sin pérdida posible hasta el noveno menhir.

            Menhir “Peñahincada”: también conocido como “Piedra de Sansón”, una leyenda asegura que el legendario forzudo lo lanzó desde un alto cercano quedando clavado en este lugar. Tiene 3 metros de altura, y hasta su restauración permanecía hincado, aunque bastante inclinado. Este es el último menhir del recorrido, y si no queremos seguir hasta el pueblo de Mata de Hoz (otros 2 kilómetros) tendremos que retroceder hasta Reinosilla y volver a Mataporquera directos por la carretera, siendo 7 kilómetros con escaso tráfico y mucha tranquilidad. En caso de continuar hacia Mata de Hoz, seguiremos el camino hacia el Noroeste alcanzando la despoblada aldea de Espinosa, para después cruzar el río Camesa y terminar el itinerario en Mata de Hoz.

            Mata de Hoz: en este pueblo merece la pena visitar su iglesia, en cuyo interior existen unas preciosas pinturas góticas, habiendo otras similares en los vecinos pueblos de La Loma, Valberzoso y Las Henestrosas. De Mata de Hoz a Mataporquera tenemos 12 kilómetros de carretera, aunque atajaremos 2´5 volviendo por el mismo camino a Reinosilla, siguiendo luego por la carretera hasta el punto de partida.

 

FERNANDO OBREGÓN   GOYARROLA                                                                                       

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