El palacio de cristal I

A mediados del s. XIX, la arquitectura en el mundo occidental se hallaba cautiva bajo un potente sistema ideológico (compositivo): el academicismo

Después de la brillantez del barroco y los aciertos iniciales del neoclasicismo, la disciplina había sucumbido a una suerte de embrujo, por otra parte recurrente a lo largo de la historia: la mixtificación del pasado; los estilos y las tipologías ya habían sido desarrollados – se pensaba- por los maestros de los siglos anteriores y la esencia de la arquitectura europea (la articulación entre muro y orden), se perdía en la noche de los tiempos, conectada seguramente con los dioses y los héroes.

Palais Garnier – Paris – Beaux Arts 1875

Palais Garnier – Paris – Beaux Arts 1875

En ese contexto de catálogo de modas, de arquitectura pret a porter y École des Beaux-Arts; en Chatsworth, un pueblecito a las afueras de Manchester, un jardinero llamado Joseph Paxton estaba a punto de realizar un gigantesco avance, un punto de ruptura total con toda la arquitectura anterior, iba a nacer, en resumen, eso que llamamos arquitectura moderna, con un edificio tan magnífico como éste:

The Great Stove at Chatsworth – Derbyshire – 1836-40

Joseph Paxton, no tenía formación académica, era el séptimo hijo de una familia de granjeros; con quince años consiguió su primer trabajo como jardinero y con sólo 23, su ingenio y determinación le llevaron a ser nombrado jardinero jefe de Chatsworth, la finca del sexto duque de Devonshire. El cargo no era sencillo puesto que el duque era uno de los hombres más ricos de Inglaterra y notoria su afición por la jardinería y el cultivo de especies exóticas. En este entorno el joven Paxton pudo desarrollar todo su potencial e investigar nuevas técnicas hortícolas, pero también ingenieriles y constructivas. En sus primeros años, entre otros logros realizó para el duque una fuente con un surtidor de 90m de altura, el mayor de la época y que aún se encuentra en funcionamiento.

The Emperor Fountain – Chatsworth 1843

 A partir de 1.832 Joseph Paxton se interesó por el desarrollo de pequeños invernaderos para proteger los árboles durante su crecimiento; para ello combinó una estructura soporte de hierro forjado con pequeñas láminas de vidrio.

Green Houses – Chatsworth 1843

 El empleo de estructuras de edificación de hierro forjado, era aún bastante inusual en la arquitectura de la época; los primeros ejemplos databan de medio siglo antes con la construcción del Ironbridge en Coalbrookdale.

Ironbridge – Coalbrookdale – 1777-79 – Thomas Pritchard & John Wilkinson

En cuanto al vidrio, aún no se había descubierto el proceso de laminación, por lo que se fabricaba soplando cilindros de unos 2m de largo por 30cm de diámetro, que se cortaban en dos y se aplanaban manualmente.

 Inicialmente el empleo de los nuevos materiales no implicó una evolución del estilo; la forja y el vidrio servían para sustituir a los materiales tradicionales pero sin variación constructiva o tipológica; tal y como se observa en la cúpula del stock Office del Bank of England de John Soane o más claramente el la St James Church en Everton.

St George Church – Everton – 1812-14 – Thomas Rickman & James Austin

 Esta nueva tecnología se aplicó de manera natural a la construcción de invernaderos, sobre todo a partir de la década de 1820; la sustitución de la madera por fundición permitía incrementar notablemente el tamaño de los invernáculos, y admitía innovaciones tipológicas en un terreno no tan constreñido por los usos tradicionales.

The Conservatory – Syon House – London 1827 – Charles Fowler

En este ambiente Joseph Paxton recibe en 1.835 el encargo de diseñar y construir el mayor invernadero de Inglaterra. Debido a la importancia del proyecto y su inexperiencia en empresas de esta envergadura  recibe la ayuda de otro joven arquitecto,  Decimus Burton, que ya anteriormente había colaborado con John Nash en el diseño del Regent`s Park.

Quizá por primera vez en la historia de la arquitectura los dos jóvenes proyectistas emprenden el diseño sin mirar hacia el pasado; el problema se aborda desde una perspectiva enteramente racional, no se aplica ningún estilo, la apariencia del edificio  únicamente responde a criterios prácticos: la vibrante superficie de crestas y valles disminuye el asoleo a mediodía, y lo favorece al ocaso; el agua de lluvia se conduce naturalmente hacia los canalones que rematan cada nivel y las bajantes se ocultan en el interior de los soportes huecos de fundición.

The Great Stove under construction

Stove Chatsworth – Cross Section

Toda la obra se modula de acuerdo a las posibilidades de fabricación y transporte de las láminas de vidrio y las vigas de hierro fundido; los detalles se resuelven empleando el mínimo peso de acero posible; no se aplica un orden clásico a los pilares; un sencillísimo capitel permite roblonar la vigas, mientras la basa, que se apoya directamente en la cimentación desaparece un metro bajo tierra, de la que sí emergen, visibles los tirantes de arriostramiento transversal.

Stove Chatsworth – Section details

Uno de los más grandes paradigmas de la arquitectura europea había saltado por los aires: los edificios no tienen que «rendir cuentas» a los estilos del pasado, no hay que «aplicar» un orden a las fachadas, no existe un recetario de tipologías; solo la razón, aplicada a cada proyecto dictará la solución más apropiada, solo la razón descubrirá la forma y el tipo adecuado para cada arquitectura.

Esta es la semilla de la arquitectura moderna, creció en un invernadero y fue plantada por el jardinero Joseph Paxton

The Great Stove


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