domingo, 20 de julio de 2008

Juego y Personalidad

A veces, determinadas dificultades, que quizá parecen insuperables para el niño, pueden hacerse frente por medio de los juegos, siempre que se aborden a su modo y planteando de uno en uno los aspectos del problema

Los celos por el nacimiento de un nuevo hermano, por ejemplo, es un tipo común de conflicto, que suele aparecer enmascarado en los juegos como reacción a procesos internos que el mismo niño desconoce, pero que le ayudarán a aceptar esa realidad, al representarse el problema de una forma nueva y grata para él, como cuando trata a su muñeco del mismo modo que él quiere ser tratado o cuando reacciona en su juego como querría haberlo hecho en la realidad...

En el juego se da una adaptación entre lo imaginable (todo es posible) y lo permitido (reglas de conducta), en la que el niño tiene tiempo de aprender lo que es factible y correcto mientras permite una salida airosa a sus impulsos.

El juego...

Es una actividad imprescindible para el niño. Jugar es necesario para el desarrollo intelectual, emocional y social. Permite tres funciones básicas de la maduración psíquica: la asimilación, comprensión y adaptación de la realidad externa. Exige ofrecer al niño el tiempo y los medios favorables para que lo pueda realizar a su modo. Favorece las adquisiciones sociales tempranas, las habilidades de comunicación social. Es una preparación para la vida adulta. Como conducta exploratoria, impulsa la creación de campos de acción y la creatividad. Tiene un sentido para el niño. Cuando se le interrumpe cualquier juego, se le priva del desenlace de un argumento creado por él mismo con una finalidad que no siempre alcanzamos a comprender.

1 comentario:

angiluna3003 dijo...

ese punto es es vital realmente "jugar es necesario para el desarrollo intelectual", ya que ellos aprenden jugando, y a su vez el adulto puede ver las actitudes que tienen los niños para orientarlos hacia lo que debería ser una futura vocación.