18 agosto 2006

Citas de O'Sensei Ueshiba

(extractos del libro "el Arte de la Paz" de Morihei Ueshiba)

Estás aquí con el solo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata. Alimenta la paz en tu propia vida y luego aplica el Arte a todo lo que encuentres.

No son necesarios edificios, dinero, poder o prestigio para practicar el Arte de la Paz. El cielo está exactamente allí donde te hallas y ese es el lugar para entrenarse.

Todas las cosas, materiales y espirituales, surgen de una misma fuente y están relacionadas como si formaran una familia. El pasado, el presente y el futuro están contenidos en la fuerza de la vida. El Universo emergió y se desarrollo desde una fuente única, y nosotros evolucionamos a través del proceso óptimo de unificación y armonización.

Ocho fuerzas sostienen la Creación: movimiento y quietud, solidificación y fluidez, extensión y contracción, unificación y división.

La vida es crecimiento. Si detenemos el crecimiento somos tan útiles como cadáveres. El Arte de la Paz es la celebración del enlace del cielo, la tierra y la humanidad.

Una y otra vez será necesario que te retires entre montañas profundas y valles ocultos para restablecer tu lazo con la fuente de la vida. Inspira y déjate elevar a los confines del Universo; expira y deja al cosmos regresar dentro de ti. Luego aspira toda la fecundidad y vitalidad de la Tierra. Por último, combina el aliento del cielo y el aliento de la tierra con el tuyo propio, transformándote en el aliento mismo de la vida.

Considera el flujo y reflujo de la marea. Cuando las olas vienen a golpear la orilla, se alzan y caen provocando un sonido. Tu respiración debería seguir el mismo patrón, absorbiendo el Universo entero en tu vientre con cada inhalación. Debes saber que todos tenemos acceso a cuatro tesoros: la energía del Sol y de la Luna, la respiración del Cielo, la respiración de la Tierra y el flujo y reflujo de la Marea.

No dejes de aprender de la voz pura del arroyo de montaña que fluye eternamente salpicando las rocas.

La paz se origina con el fluir de las cosas, su corazón es como el movimiento del viento y de las olas. El camino es como las venas que hacen circular la sangre a través de nuestros cuerpos, siguiendo el curso natural de la fuerza de la vida. Si estás separado siquiera un poco de la esencia divina, estás lejos del sendero.

Tu corazón está lleno de semillas fértiles esperando brotar. Del mismo modo que una flor de loto surge del lodo para florecer en todo su esplendor, la interacción de la respiración cósmica hace florecer el espíritu para que dé fruto en este mundo.

Estudia las enseñanzas del pino, del bambú y del pimpollo del ciruelo. El pino está siempre

Mantén siempre tu mente tan luminosa y clara como el vasto cielo, el gran océano y el pico más alto: vacía de todo pensamiento.

Mantén siempre tu cuerpo lleno de luz y calor. Llénate a ti mismo con el poder de la sabiduría y la iluminación.

Para practicar adecuadamente el Arte de la Paz debes: calmar el espíritu y retornar a la fuente. Eliminar toda malicia, egoísmo y deseo para limpiar el cuerpo y el espíritu. Sentir eterna gratitud por los dones recibidos del Universo, de tu familia, de la Madre Naturaleza y de tus semejantes.

La única cura para el materialismo es la limpieza de los 6 sentidos (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente). Si los sentidos están obstruidos, la percepción se enturbia. Cuanto más turbia la percepción, más se contaminan los sentidos. Esto crea desorden en el mundo y ese es el mal más grande. Refina tu corazón, libera los 6 sentidos y déjalos funcionar sin obstrucciones, y tu cuerpo y alma enteros brillarán.

Cada día de la vida humana contiene ira y alegrías, dolor y placer, luz y oscuridad, crecimiento y decadencia. Cada momento está marcado con el gran propósito de la naturaleza, no trates de oponerte o negar el orden cósmico de las cosas.El Arte de la Paz es una forma de plegaria que genera luz y calor. Olvida tu pequeño ser, libérate del apego a todo objeto, y emanarás luz y calor. La luz es sabiduría; el calor es compasión.

El Arte de la Paz es la religión que no es religión. Totaliza y completa a cualquier religión.

El Arte de la Paz que yo practico tiene sitio para los ocho millones de dioses del mundo, y yo coopero con todos ellos. El Dios de la Paz es muy grande y conjuga todo lo que es divino e iluminado en la tierra.

Únete al cosmos, y la idea de trascendencia desaparecerá. La trascendencia pertenece al mundo profano. Cuando todo vestigio de trascendencia se desvanece, la persona verdadera -- el ser Divino -- se manifiesta. Vacíate a ti mismo y deja que trabaje lo divino.

El Sendero es extraordinariamente vasto. Desde tiempos antiguos hasta el presente, hasta los más grandes sabios fueron incapaces de percibir y comprender la verdad completa; las explicaciones y enseñanzas de santos y maestros solo expresan una parte del todo. Nadie puede expresarlo íntegramente. Simplemente encamínate hacia la luz y el calor, aprende de los dioses, y a través de la virtud de la práctica abnegada del Arte de la Paz hazte Uno con lo Divino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario