26 febrero 2009

¿Papá, que estás haciendo?

Quiero compartir una carta que leí hace algun tiempo y que he encontrado por internet. En ella un niño escribe a su padre y creo que merece la pena leerla, y que todos recapacitemos sobre ella.

Hola papa, no se como decirtelo. Seguramente crees que lo haces por mi bien, pero no puedo evitar sentirme raro, molesto, mal. Me regalaste la pelota cuando apenas empezaba a andar. Aún no iba a la escuela cuando me apuntaste en el equipo. Me gusta entrenar durante la semana, bromear con los compañeros y jugar el domingo, como lo hacen los mas grandes. Pero cuando vas a los partidos… no sé. Ya no es como antes. Ahora no me das una palmada cuando termina, ni me invitas a tomar algo. Vas a la grada pensando que todos son enemigos. Insultas a los arbitros, a los entrenadores, a los jugadores, a otros padres… ¿Porqué cambiaste?.

Creo que sufres y no lo entiendo. Me repites que soy el mejor, que los demas no valen para nada al lado mio, que quien diga lo contrario se equivoca, que solo vale ganar. Ese entrenador del que dices que es un inepto, es mi amigo, el que me enseñó a divertirme jugando. El chico que el otro dia salió en mi puesto… ¿te acuerdas?. Si papi, aquel que estuviste toda la tarde criticando y diciendo que ¨no sirve ni para llevar los balones¨. Ese chico va a mi clase. Cuando lo vi el lunes, me dio vergüenza. No quiero decepcionarte. A veces pienso que no tengo suficiente calidad, que no llegaré a ser profesional y a ganar millones, como tu quieres. Me agobias.

Hasta he llegado a pensar en dejar de jugar; pero… ¡me gusta tanto!. Papá, por favor, no me obligues a decirte que no vengas más a verme jugar…

Te pido papá, que me dejes jugar mis partidos. Tú ya jugaste los tuyos, me lo has comentado y sé que fuiste muy bueno. Hace poco veíamos en la televisión un partido de fútbol, te enfadaste por que un jugador profesional se hizo expulsar por reclamar al arbitro y tú le insultaste, por no saber comportarse y dejar a su equipo incompleto.

Sin embargo, tu reclamas al arbitro todas sus decisiones y hasta los insultas. Me confunde tanto esto, que olvidándome de los consejos de mi entrenador, también yo reclamo y en ocasiones hasta insulto al arbitro. Estoy seguro que hago mal, por eso déjame aprender, me asusta el saber que me pueden sancionar por repetir el vicio de los mayores.

Tu sabes mucho de fútbol, dime todos tus secretos y recuerda que ante todo, tengo que seguir las instrucciones de mi entrenador y después, de regreso a casa, comentemos mis errores para irlos corrigiendo. Déjame intentar jugar bien, no me quites mi creatividad. Te aseguro que los problemas que se presentan durante el juego, los puedo resolver sólo. De esta manera "sentiré" mis victorias y seré responsable de mis derrotas. Yo te quiero y te necesito en la grada oyendo de ti y de mamá sus gritos de animo y al terminar, quiero compartir con vosotros mis victorias y necesito vuestro consuelo en mis derrotas. Ayúdame papá, no es mucho lo que pido, solamente "déjame ser"

TE QUIERE TU HIJO

1 comentario:

Anónimo dijo...

que razón tiene el niño. hay unos cuantos padres que preesionan a sus hijos para que sigan sus instrucciones y no se dan cuenta que con ese comportamiento lo único que consigen es que el equipo no funcione perfectamente por ese niño se obsesiona con lo que le ha dicho su padre (normalmente meter gol)y ese criatura al acabar un partido se siente mal si no ha metido un gol (aunque su equipo haya ganado) porque sabe que le va a caer bronca. y esa situación en pequeños es intorelable.