martes, 20 de noviembre de 2007

Reflexiones en el día de mi cumpleaños

(que no es lo mismo que Reflexiones tirá en la pista de baile).

Realmente los alrededores del cumpleaños, junto con el periodo fin de año, suelen ser los momentos más propicios para realizar comparaciones sobre tu vida, hacer propósitos que luego no se van a cumplir y caer en un estado de depresión o alegría, en función de cómo hagas tus reflexiones.
Para empezar, éste es mi primer cumpleaños como funcionario, en un puesto de trabajo que me gusta bastante y que me permite, además de ayudar a personas desempleadas, poder, por ejemplo, estar escribiendo estas líneas.
Ya el año pasado estaba contento porque sabía que para estas fechas ya estaría con un trabajito fijo, el que me había currado tras varios años estudiando (a ratos), compaginándolo con un trabajo intermitente; que me obligaba a cambiar mi domicilio entre Sevilla y Córdoba (gracias a mi padre, que tiene paciencia y me ayuda en todas las mudanzas).
Por lo menos ya sé que en los dos próximos años viviré en Sevilla, ahora mismo con Antonio, en su casa, y en un futuro no sé si seguiré aquí.
Por que ya hasta el gobierno, de una forma indirecta, va diciendo que las ayudas de alquiler son para menores de 30 años. Que si llegas a los 30 sin casa propia eres un pardillo que no merece ayuda ni ná.

Me estoy volviendo más exigente respecto a las personas que conozco, pues me gusta rodearme de la gente que realmente me merece la pena, que me puede aportar algo. Muchas veces me río de esta cualidad o defecto que estoy cultivando, pues en el fondo tiene algo de delirios de grandeza propios de un funcionario con plaza recién adquirida. Y es que quiero tener pareja de nuevo, pero no tengo ganas de volver a caer en los mismos errores del pasado; y eso que en aquellos tiempos se trataban de casos en los que la intuición me decía que podría funcionar y que merecía la pena luchar (la verdad es que esto último fue cierto, mereció la pena). Quizás lo que me falla es la intuición, que me hace caer en errores y no me deja conseguir aciertos.

Con los años, además de tener cada vez menos pelo, me estoy volviendo algo más dormilón, pero con más energías. Me gusta cada vez menos la inactividad, por lo que tengo que buscar actividades extralaborales que realizar por las tardes.

En muchos aspectos me siento extraño, un poquito perdido. Y es que parece que tengo que hacer algo en mi vida, pero todavía no sé el qué. Por ahora me dedico a disfrutar y esperar a ver si aparece una señal (del cielo) que me dé alguna pista.

5 comentarios:

Kin El Bravido dijo...

Creo que todo lo que has puesto es la evolución lógica de la edad. Yo creo que deberías de ir escribiendo un libro para que se te olviden los buenos momentos.
Te he dedicado mi blog hoy. ¡Felicidades!

http://kinelbravido.wordpress.com/2007/11/20/el-20-xi/

anthonytowers dijo...

Muchas gracias por felicitarme en el blog... has sido el único. Creo que el resto de mis amigos han preferido medios más tradicionales (los más alternativos han optado por el email).

Isabel Sira dijo...

Como pardilla que ya no merece ayuda te digo ¡date prisaaaaaa! Búscate casa ya que los años pasan rápidamente y superas los 30 y la has cagado...
Y que me parece genial que exijas más a la gente, que una pareja tiene que ser eso, alguien que te aporte todo lo que necesitas, que te quiera como mereces y quieres que te quieran...
Y que muchas felicidades una vez más.

anthonytowers dijo...

Aún me quedan cosas por hacer antes de montar mi Ítaca (busca el poema de Kavafis con este nombre y entenderás). Ni siquiera sé dónde voy a vivir y, por supuesto, tengo dinero que gastar en cosas más importantes que una hipoteca.

Isabel Sira dijo...

Me ha encantado el poema. Precioso, aprendo de él, estoy de acuerdo.