miércoles, 4 de agosto de 2010

Michio Kushi: "La alimentación es la base de la sanación"


Nacido en Japón en 1926, Michio Kushi vivió muy de cerca los estragos de la II Guerra Mundial, lo que motivó que la búsqueda de la paz y el bienestar fueran los motores de su carrera, que se ha desarrollado entre su país y Estados Unidos. Hoy es una de las figuras de referencia en el campo de la salud a escala mundial gracias su labor de difusión del modo de vida macrobiótico. Fundador del Instituto Kushi y de la red One Peaceful World, el maestro japonés ha transmitido un mensaje de paz y unidad y una visión holística de la salud por todo el mundo a través de numerosos seminarios y de encuentros con líderes políticos y responsables de la OMS y la UNESCO, entre otros organismos. Kushi ha participado recientemente en un congreso internacional celebrado en la clínica SHA Wellness de Alicante, la primera del mundo dedicada a la alimentación macrobiótica. Este es su testimonio.

ADAPTARSE A LA NATURALEZA


¿Cuáles son las principales características de la dieta macrobiótica?
La primera es que tenemos que mantener el modo tradicional de alimentarnos; la segunda es que nuestra alimentación debe adaptarse a nuestro medio natural, al clima, a las condiciones meteorológicas y a los cambios que se van produciendo en la Naturaleza. En tercer lugar, se debe tener en cuenta que la dieta del ser humano ha estado basada durante miles de años en los cereales integrales combinados con legumbres, verduras y hortalizas, a lo que se debe sumar la ingesta de frutas de forma ocasional y una pequeña cantidad de algas procedentes de nuestro entorno más cercano. Los alimentos de origen animal –incluidos los lácteos– han estado mucho menos ligados a la historia de la alimentación humana, salvo en las regiones más frías y en las zonas en las que no se puede cultivar el campo.

¿Se trata realmente de una dieta o es más bien un modo de vida?
No se trata solamente de una dieta, sino que tiene en cuenta de forma global todo lo que constituye la vida del ser humano, lo cual incluye, como algo fundamental, una forma adecuada de alimentarse.

¿Cuáles son sus beneficios? ¿Está indicada para algún sector de población en particular?
La dieta macrobiótica no responde a un esquema rígido. Es flexible y se modifica en función del medio natural y de las actividades que desarrolle cada individuo. También depende de si se trata de un hombre o una mujer, de la edad que tiene y de las tradiciones de su cultura. La forma macrobiótica de alimentarse es adecuada para toda la humanidad, sin excepción de razas, nacionalidades ni culturas, y beneficia a todo tipo de personas.

¿Cómo se convirtió en el principal difusor de la dieta macrobiótica?
Después de la II Guerra Mundial, y especialmente después de haber sido testigo del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, me convertí en un firme defensor de un mundo unido y en paz y empecé a estudiar cómo establecer una federación mundial. Esta actividad me permitió ser consciente de la importancia que tiene para la humanidad su estilo de vida, que se fundamenta básicamente en la alimentación, porque sin comida no existe el fenómeno de la vida. Si la dieta es adecuada, nos conducirá a llevar un modo de vida correcto.

Usted ha sido pionero en numerosos ámbitos, como la distribución de comida orgánica y la combinación de las sabidurías occidental y oriental para mejorar la salud. ¿En qué cree que se complementan?
En efecto, he sido pionero en el campo de la agricultura ecológica, del consumo de cereales integrales, del estilo de vida natural y de la cooperación entre las culturas orientales y occidentales. La razón por la que me dedico a difundir este tipo de conocimientos por todo el mundo es que proporcionan los máximos beneficios a la salud humana y contribuyen a construir un mundo en paz. Algún día la humanidad acabará comprendiendo que todos los que vivimos en este planeta somos hermanos y hermanas y podremos alcanzar esta meta.

ENCUENTRO ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE


También ha difundido distintas técnicas para mejorar la salud, como, por ejemplo, la imposición de manos en su libro Tratado completo de sanación con las manos (Ed. Edaf, 1993). ¿Qué tipo de iniciativas recomienda?
La alimentación es la base de la sanación, pero la visión macrobiótica abarca cualquier método que sea beneficioso para la salud humana, incluidos la imposición de manos, el shiatsu, la acupuntura, la moxibustión, la meditación, el yoga, el tai chi y otros ejercicios, además de llevar una vida activa desde el punto de vista físico, mental y espiritual. La visión macrobiótica no excluye ningún tipo de técnica siempre que sea beneficiosa para la gente. Incluso la medicina sintomática ortodoxa puede formar parte de la salud macrobiótica si se practica de manera correcta.

¿A qué cree que se debe la gran expansión que está experimentando la espiritualidad oriental en Occidente?
En mi opinión, se debe a que la aproximación analítica y materialista a la realidad que predomina en Occidente no resulta del todo satisfactoria ni para la mente ni para el espíritu humanos. Por eso se produce ese encuentro entre Oriente y Occidente, que finalmente propiciará una cultura de unidad.

¿Cómo define el concepto “espiritualidad”?
La espiritualidad consiste en comprender el origen de nuestra vida y de la vida eterna a escala universal y trascendiendo el propio Universo. En el mundo de los seres humanos se traduce en el amor y la comprensión, en cuidar y ayudar a los demás.

¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
Seguir difundiendo la manera correcta de alimentarse, la agricultura orgánica, biológica y natural, diferentes técnicas para cuidar la salud y el desarrollo de fuentes de energía ecológicas, así como trabajar junto con cualquier individuo, organización, gobierno o grupo que persiga los mismos objetivos que yo. Dentro de esta línea se enmarca mi colaboración con la clínica SHA Wellness.

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