PELAGORNIS CHILENSIS, El ave voladora más grande del mundo

En el Museo Nacional de Historia Natural de Santiago de Chile están los restos fosiles de un espécimen que marca un hito en la historia de la paleontología, se trata del esqueleto del Pelagornis chilensis, una enorme ave prehistórica que hace 7 millones de años planeó sobre las aguas del Pacífico del norte de Chile, de la cual se ha recuperado un 70% de lo que fue su esqueleto en Bahía Inglesa, Copiapó, Región de Atacama.
La envergadura alar de estos animales podría haber llegado hasta los 6,5 metros, lo que lo transforma probablemente en el ave voladora más grande que haya surcado los cielos del planeta, título que hasta ahora lo ostentaba el Argentavis, una especie de buitre prehistórico, encontrado en Argentina cuyo hueso húmero, mide 57 centímetros frente a los 82 del Pelagornis.
Su pariente actual más cercano sería el pato, aunque al observar las réplicas construidas parece más un pelícano. Su largo pico dentado intriga a los expertos. "No se trata precisamente de dientes sino que de proyecciones de hueso, en cambio un diente está inserto en una cavidad". Futuros estudios de la mecánica mandibular ayudarán a saber si tenían alguna utilidad para desgarrar o morder.
Tampoco se sabe si es hembra o macho o cómo eran sus plumas, ya que no quedó ninguna impresión de ellas en la piedra. Al menos su configuración ósea permite determinar que planeaba.

Estos "pelagornítidos", como se conoce a las distintas especies del extinto animal, también vivieron en África, Nueva Zelandia, México, Japón, Estados Unidos y Perú, pero sólo se habían encontrado fragmentos menores.
Justo en el mes que Chile cumple 200 años, la revista Journal of Vertebrates Paleontology, la más prestigiosa del área, publica el estudio conjunto de David Rubilar, jefe de paleontología del Museo Nacional de Historia Natural y el Museo Senckenberg de Frankfurt, Alemania, que además consiguió la portada. (El Mercurio, cuerpo A, pagina 20; 16 de Septiembre de 2010)

REPATRIACIÓN DEL PELAGORNIS CHILENSIS, PATRIMONIO PALEONTOLÓGICO DE CHILE
Restos arqueológicos salieron del país ilegalmente, y el coleccionista que los compró facilitó a museos de Alemania y Chile su estudio y adquisición.
Fuente: Museo Nacional de Historia Natural.
En enero del 2009 el Museo Nacional de Historia Natural recibió una carta del paleontólogo de la Sección de Ornitología del Museo Senckenberg de Frankfurt, Gerald Mayr. En la misiva, el especialista informaba que el esqueleto de un ave gigante proveniente de Chile estaba en manos de un coleccionista privado.
El propietario del ejemplar había contactado al investigador para que revisara los restos óseos y éste se percató del valor científico del ave, al igual que de sus implicancias biológicas e históricas. Consciente de su relevancia, el coleccionista accedió a la venta del Pelagornis para facilitar su estudio.
El museo alemán financió la adquisición del espécimen, con el propósito de que fuera investigado a la par con Chile, y posteriormente devuelto a nuestro país.
El jefe del Área de paleontología del Museo Nacional de Historia Natural, David Rubilar, coordinó las consultas de Alemania con los abogados del Consejo de Monumentos Nacionales para llevar a buen puerto las acciones legales necesarias para la repatriación.
Luego de seis meses de trabajo, se obtuvo la documentación necesaria y se inició el trabajo descriptivo del espécimen. Una vez finalizada la investigación, Rubilar participó en Frankfurt en el estudio y la evaluación de las alternativas para facilitar su traslado a Santiago.
Al regresar a Chile, Mayr y Rubilar visitaron Bahía Inglesa para localizar el área de sedimentos y niveles estratigráficos de donde fue extraído el fósil. Su expedición culminó con el hallazgo de un hueso incompleto, similar en forma y tamaño al del Pelagornis chilensis.
El esqueleto del ave prehistórica retornó al país en agosto del 2009 y se integró a la Colección de Paleontología de Vertebrados del Museo Nacional de Historia Natural, institución que también conserva los registros de las investigaciones que se le han practicado (Rubilar, 2013: 48).