Buenos vecinos

Buenos dias, buenas gentes. Hoy tengo que ir al médico a ver si me manda ya a trabajar, ahora que me estaba acostumbrando a la vida de ama de casa pueblerina... me voy a tener que ir acostumbrando a los cambios que ya me han comunicado hay en la oficina, ya veremos lo que pasa.

Ayer vino mi hijo, una visita fugaz ya que sólo vino con mi marido para recoger el otro coche que el suyo claro lo tuvieron que dejar en el taller. Me contaron que estuvieron con mi "vecino", que es un señor que viene al pueblo a pasar los fines de semana muy de vez en cuando, vamos que le habremos visto 5 ó 6 veces desde que vivimos aquí, y que dio la casualidad de que es el jefe de repuestos del concesionario donde compramos el coche. Estuvo todo el rato con ellos, cómo si no hubiera más clientes en todo el taller, es un tío majísimo.

Venga, hoy toca hablar de los vecinos.

Desde que llegamos, mis hijos pequeños se hicieron íntimos amigos de otros dos niños de aquí, como uña y mierda oye, todo el santo dia juntos. Pues resultó que una de las madres de los niños (sí, una de ellas porque son dos) es sobrina de una de las vecinas de toda la vida de mi madre. Pues desde que hemos llegado se han portado genial con nosotros. Yo no hago más que decir que vaya vida que las damos desde que vivimos allí: Han llevado a mi hija a urgencias, (han llevado a mi gato a urgencias), la última fue que apareció mi hijo pequeño con un palo clavado en la zapatilla y no había manera de quitarle la playera para mirarle si lo tenía clavado (o muy clavado) y allí las tuve, a las dos tiradas en el suelo, una sujetándole y la otra con toda su paciencia quitándole la zapatilla y mirándole (que no tenía apenas nada el puñetero). Le han dado un ordenador portátil a la niña, cuando cambiaron el año pasado las ventanas nos las dieron a nosotros, y ahora son nuestras contraventanas, y vamos que están siempre ahí cuando las necesitas.

Desde aquí mis saludos a Ivana y a Dolors. Las mejores vecinas. ¡Y a Gabriel claro, el jefe de repuestos!