CONTAGIANDO HOSPITALIDAD

CONTAGIANDO HOSPITALIDAD
JUNTOS CONTAGIANDO LA HOSPITALIDAD DE SAN JUAN DE DIOS

26 julio 2006

PARABOLA DEL TREN


"Un tren avanza, espléndido y veloz, hacia su destino. Corta los campos como una flecha. Penetra las montañas. Traspasa los ríos. cruza las ciudades. Se desliza como una serpiente mecánica, sin obstáculos. Su forma, su color, su velocidad: todo a la perfección.
Dentro del convoy tiene lugar el desarrollo de un drama: el drama de la humanidad. Gente de toda raza. Gente que conversa y gente que calla. Gente que trabaja y gente que dormita. Gente que contempla el paisaje. Gente que negocia, preocupada. Gente que nace y gente que muere. Gente que ama y gente que odia secretamente. Gente que hasta discute la dirección del tren:¡el convoy tomó una dirección equivocada!. Gente que cree haberse confundido de tren. Gente que protesta, incluso, contra el tren mismo: ¡no debiera de haberse construido ningun tren, puesto que...! Gente que proyecta trenes más rápidos. Gente que acepta el tren, agradecida, disfrutando y celebrando sus ventajas. Gente que no se hace problema: sabe que llegará con seguridad a su destino. ¿Por qué preocuparse? Gente que corre, nerviosa, hacia los vagones de cabeza:¡quisiera llegar más aprisa! Gente contradictoria, que va en dirección opuesta a la del convoy, caminando absurdamente hacia el vagón de cola: ¡quisiera huir del tren!.
Y el tren sigue corriendo, impasible, hacia su prefijado destino. Transporta pacientemente a todos, sin distinguir entre el amargado y el comprometido. Ni deja tampoco de transportar gentilmente a sus mismos contradictores. A nadie se niega. Y a todos ofrece la oportunidad de realizar un viaje espléndido y feliz, así como la garantía de llegar a la ciudad del sol y del descanso.
El viaje es gratis para todos. Nadie puede salir ni evadirse. Se vive dentro del tren. Y ahí es donde se ejercita la libertad: se puede ir hacia adelante o hacia atrás; cabe modificar los vagones o dejarlos intactos; se puede disfrutar del paisaje o aburrirse con los vecinos; es posible aceptar gustosamente el tren o rechazarlo con acritud. Mas no por eso deja el convoy de correr hacia su infalible destino ni de cargar cortés y gentilmente con todos". (Leonardo Boff)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro mucho de que exista esta página de los Hnos. de S. Juan Dios, por los que siento gran admiración y en la que podamos participar también otros con nuestras modestas aportaciones. La parábola del tren me ha gustado mucho, es un texto original y muy interesante por la gran profundidad que encierra el que todos vayamos en el mismo "tren", pero con actitudes muy diferentes. Espero que esta página adquiera una expansión importante y sea vehículo de comunicaciones fructíferas.
encarnación vacar

Anónimo dijo...

solo para mi puta profe