domingo, 1 de noviembre de 2009

1. La ambientación histórica en el teatro escolar en español. ¿Por qué?


Sí, seguramente te lo preguntarás: "¿Por qué esforzarse en procurar una lograda ambientación histórica para la representación de una obra de teatro escolar en español, donde lo más importante es lograr unos niveles de excelencia en la pronunciación y entonación españolas de los alumnos?"

Y entonces yo te responderé: "Ya, no te digo que no lleves razón, de igual modo que, en una entrevista de trabajo, lo más importante debería ser la formación y la experiencia del candidato. Sin embargo, si tienes la ocasión de asistir a una de esas entrevistas en calidad de aspirante a lograr cualquier puesto (el que sea), procuras ponerte el traje y la corbata (o lo que os pongáis las mujeres en tales situaciones), por si acaso, y tratas de mostrar ante los entrevistadores unos niveles de elegancia y aseo imposibles de mantener en el día a día."

Pues eso, que "poner guapa" a nuestra apuesta teatral no está de más. Eso, traducido a elementos de ambientación histórica, significa tratar de ser lo más fieles posibles a las circunstancias espacio-temporales que rodean a la obra a representar. Vamos, que les pidamos a nuestros alumnos que se quiten los relojes de pulsera o que oculten según qué tatuajes si van a representar Fuente Ovejuna. Por supuesto, no hay nada que objetar al hecho de utilizar elementos anacrónicos con fines satíricos o humorísticos, para versiones paródicas de los grandes clásicos, un poco "a lo Vida de Brian", o siguiendo el aire de desparrame surreal que muestran los manga y anime de Osamu Tezuka, quien era capaz de sacarnos a unos gladiadores batiéndose a tiros en el Egipto de Cleopatra, como aquí se puede ver:

¿A ti no te ha hecho mucha gracia lo de las pistolitas milenarias? Entonces serás de los que quieran evitar los anacronismos en su representación teatral.

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