viernes, julio 20, 2007

Villanes: Urdimbres de luz

Un aspecto del trabajo reciente de Eduardo Villanes se exhibe desde hace más de un mes y (según me comentó Manuel Munive hace unas semanas) ha permanecido abierta al público aún durante el mes de julio en la Galería Enlace. Con ella Villanes reanuda a distancia un vínculo con las Salas de Lima que, gracias a contadas colectivas, venía sesgadamente estableciendo en los últimos años. Radicado en Nueva York desde comienzos de la década, el artista ha realizado algunas muestras significativas de su trabajo reciente en salas y museos del norte. Urdimbres de luz es una muestra que retoma los hilos vigentes de la exposición que presentara en la Tremaine Gallery en julio de 2005, titulada “Stranded codes / Urdimbre codificada”. En aquella ocasión declaraba: "El título ‘Urdiembre Codificada’ se refiere al arte textil peruano como a un lenguaje codificado. He observado la manera en que un diseño textil se transforma en nuevos diseños: cambios en la cuadricula de un diseño generan variantes en los siguientes. Veo estos patrones como a un alfabeto. Son mensajes que mas que construidos en simples caracteres estáticos agrupados han sido inscritos en las transformaciones del carácter mismo. Los he visto similares generando diseños naturales, tales como en la secuencia de diseños en las serpientes. Este alfabeto es como un manto vivo; venimos de él, no lo creamos”. En esta instalación, el artista presenta sus “microtelares”: tejidos con cuentas de vidrio sobre un marco de diapositiva, cuya transparencia supone una versión codificada y cromática de diferentes códigos genéticos (“plantas y grupos éticos nativos de América; de plantas genéticamente manipuladas por las transnacionales de semillas y de los virus que despoblaron el continente durante la conquista”, en palabras de Munive).

El perpetuo conflicto entre los intereses económicos de las corporaciones -como Monsanto, cuyos beneficios anuales superan los 5 mil millones de dólares- y el desarrollo sostenible -como único modo de existencia posible- está rajando cada vez más el equilibrio de nuestro mundo en una línea exponencial y progresiva acaso irreversible. La denuncia de Villanes revela que la inmersión de reverberaciones iniciáticas emprendida en los últimos años no lo abstiene en absoluto de una toma de posición respecto a los problemas urgentes y habla de una necesidad de conectar las realidades espiritual y social a una dimensión más llana que al mismo tiempo, sea fácilmente transitable.

El pasado 18 Villanes fue entrevistado por la Berkshire Radio (EEUU), sobre esta exhibición en Lima, en la que denuciaba “la apropiación y manipulación genética del maiz y otros cultivos andinos por parte de las transnacionales biotecnológicas y sobre la inminente introducción de las semillas transgénicas al Perú, vía el Tratado de Libre Comercio (TLC)”.

Aquí posteo el texto sin título que el artista incluye en el impreso de presentación de su muestra limeña.


A Lily, mi Monarca


La última conversación con mi amigo Wallace Black Elk, antes de su Gran Viaje, siempre recurre a mi memoria: “La semilla es la única alegría del espíritu. Cada plantita, cada pajarito, cada ser está hecho de una combinación irrepetible y única de sonidos, es una canción… si la cantas aquél ser se materializa ante ti… Vino el caballo negro, vino el caballo azul, vino el caballo rojo, vino el caballo amarillo… Somos las criaturas ç, los creadores, no somos el creador; no necesitamos crear nada ya todo está creado”. De lo que él hablaba, en su enigmático modo, era del ADN y de la manipulación genética.

Hoy, estas “combinaciones irrepetibles de sonidos” están siendo decodificadas. El ADN contenido en la semilla, la “única alegría”, del maíz tiene dueño. Los “cuatro colores” de la vida están siendo recombinados para “crear” un ser que brota, crece y florece en la forma que más convenga a las transnacionales biotecnológicas como Monsanto Corporation.

Los resultados son desastrosos y los primeros afectados, después de las plantas, son los grupos nativos americanos, precisamente aquellos que han convivido armónicamente con estas plantas por milenios. Variedades locales de maíz, sustento de estos grupos, ya se extinguieron como parte del plan de hacer de la semilla patentada transgénica la única que se siembre.

Poblaciones locales de mariposas Monarca y otras especies han desaparecido por el veneno que el maíz Monsanto segrega. El ADN de “Bt”, una bacteria venenosa, ha sido introducido en el maíz, creándose así una planta (organismo transgénico Bt-maíz) capaz de producir su propio insecticida. Además, este maíz ha sido reprogramado para brotar semillas estériles y así evitar que los agricultores guarden parte de su cosecha para futuras siembras –como es tradicional- sino que cada año compren nuevamente semillas marca Monsanto, al precio que Monsanto dicte.

Otro experimento ha creado maíz que segrega un químico que esteriliza humanos. Se tema que podría usarse en programas de control poblacional forzoso, tal como el llevado a cabo en Perú en los 90s. En un futuro bastaría “donar” este maíz a una población en vez de esterilizarla sin su conocimiento ni consentimiento en hospitales y postas médicas. O en vez de reducirla con epidemias tal como hicieron las autoridades coloniales empleando la viruela como armamento étnicamente dirigido, que atacaba exclusivamente a los nativos, pues los europeos eran inmunes a ella. Estas epidemias mataron al 90% de la población continental durante las guerras de la Conquista.

El maíz ha dejado de pertenecer al sembrador, ha pasado a ser patente de transnacionales y está siendo desnaturalizado en tal grado que podría en un futuro emplearse en viruela. Pizarro repartía frazadas infectadas para iniciar epidemias; Monsanto Technology, además de semillas transgénicas, es productor de armamento químico tal como el “agente naranja” que se empleó en Vietnam.

Considerando que las cuentas de vidrio fueron el primer artículo del aún persistente intercambio económico desigual, con ellas recreo un panorama particular del pasado que está reeditandose –bajo nuevas apariencias- en el presente, haciéndose viable en un futuro armamento –organismo transgénico- viruela – maíz Monsanto.

Esta obra es la versión personal de los tramados de colores que almacenan memorias y esperanzas por milenios, con ello quiero honrar la maestría y delicadeza de los antepasados que nos legaron la amistad contigo, hermano maíz. Las cuentas de vidrio me recuerdan las urdimbres entretejidas de luz coloreada del ayahuasca y el peyote; los mensajes inscritos en las transformaciones de las manchas oscuras del jaguar y de la serpiente; el camuflaje de la profecía del círculo sagrado de latencia, fecundación, brote y continuidad de la semilla.

Eduardo Villanes Baricheva

1 comentario:

Anónimo dijo...

Urdimbres de luz ->
se puede ver un fragmento de esta exposición desde el minuto 50 segundos de este clip:

Exposiciones principios de julio - video