Tirar la piedra y esconder la mano.

En cualquier Sociedad y como no, en esta Red de Redes, existen ciertos individuos cuya idiosincrasia los hace ser partícipes de una raza especial, comúnmente conocidos como agitadores, incitadores o alborotadores. Para ellos, lo más interesante es tratar de instigar a otro grupo de personas y luego quedarse a un lado y observar como se abaten, habiendo conseguido su objetivo si la empresa iniciada llega al punto pretendido.

Son participes o incluso dueños de foros o blogs, puede que hasta sean o digan ser vecinos nuestros, pero de lo que no me cabe ninguna duda, es de que estas personas, son así en todos los ámbitos y en todas las facetas de su vida, son unos catalizadores de conflictos que cuando llega el momento lanzan sus comentarios mordaces y llenos de mala intención, manteniéndose luego al margen y a salvo de estas conflagraciones, si para ello necesitan sacrificar e involucrar a terceras personas para poner a prueba a sujetos concretos, pues lo hacen sin ningún reparo.

Los motivos por los cuales se llega a ser así y actuar de tal guisa son diversos y complejos, pero convencido estoy que obtienen algún tipo de placer en todo este proceso y mientras algunos salen perjudicados, ellos disfrutan, se ufanan y vanaglorian de su proceder.

Se da el caso de que cuando una noticia se publica y no alcanza los suficientes comentarios de los usuarios, o bien, tras un largo período de inactividad en esta, se intenta reactivar y potenciar la participación por medio de estos artificios y argucias, incluso dejando que se marque y señale a personas que poco o nada tienen que ver con todo el tema tratado en la publicación oportuna.

Estos redentores del sistema global y de la vivencia misma, suelen fomentar comentarios encubriéndose y ocultándose tras unos cuantos alias o nicks para mas tarde dictar su valoración bajo su propio y conocido nombre, es más, incluso coincidiendo personalmente con estos personajes si aparece alguien hablando de falsas injurias y oprobios dejan que se sospeche de terceros que el caso ni les cae de paso, pero aún por encima de todo esto, se sienten solidarios con la persona que en un principio agraviaron y ahora apoyan en sus falsas sospechas, o lo que es lo mismo “Tiro la piedra y escondo la mano”.