21 ene 2011

¡Más espacio, por favor!


La profesora de yoga se ha empeñado esta mañana en que encontremos más espacio dentro de nosotros mismos. Es normal, aquí todos están obsesionados con el tema del espacio. Entre otras cosas, porque casi todos vivimos en mini pisos aunque paguemos lo mismo que si fuéramos vecinos de Madonna. Aún así, creo que esta vez la profesora se refiere a otro tipo de espacio.

Nada como un viernes a primera hora para resetear la energía negativa que vamos acumulando a lo largo de la semana. La profesora, que por cierto, se llama Carmen ha llegado tarde. En realidad siempre llega tarde, pero se le perdona porque es de lo más eficaz a la hora de recargarnos las pilas.

Se llama Carmen en su versión occidental porque ella es china de pura cepa, o sea que probablemente se llame Ying, Li, Wei o algo parecido. Pero como los occidentales somos un poco cazurros para los nombres chinos, esta buena gente hace el esfuerzo de ponerse un sobrenombre del que nosotros podamos acordarnos y pronunciar con un poco de dignidad. Abundan los Jonhs, Franks, Carries y Catherines.

A mí me parece que Carmen es un nombre muy elegante aunque difícil de pronunciar para los propios chinos, que no mantienen precisamente buena amistad con las erres. Es un nombre muy español. Quizá por eso le perdone el terrible gesto de llegar siempre tarde.

Hoy sólo somos cinco gatos. Nos sentamos y empezamos a respirar honda y pausadamente con los ojos cerrados y las palmas de las manos juntas, a la altura del corazón. Empezamos a relajarnos, pero yo no puedo evitar sentirme como el elemento que rompe la armonía del momento. Por mi culpa la clase tiene que ser en inglés. El resto son chinos, que bien preferirían la clase en cantonés. Según transcurre la sesión, Carmen va explicando algunos ejercicios en cantonés, al fin y al cabo, sólo hay una gwailo. Que soy yo. Los hongkoneses nos llaman gwailos a todos los occidentales. Significa diablo blanco. Entre otras cosas, porque cuando los primeros occidentales llegaron a estas tierras, les parecíamos tan raros, tan blancos, con los ojos tan grandes que los chinos pensaron que éramos extraterrestres o seres de otro mundo. Supongo que incluso ya entonces pensaron que ese otro mundo era peor que el suyo. De ahí lo de diablos.

Carmen insiste en que los ejercicios de hoy son para crear más espacio dentro de nuestro cuerpo. Hoy está un poco metafísica. Y sigue en cantonés. Ha debido de contar algo gracioso porque todos se ríen. Menos yo, que no he entendido nada. No importa. A veces es mucho mejor pasar desapercibido.

El problema es que Carmen piensa que cuando estamos relajados no tenemos ni huesos ni columna vertebral. Viene hacia mí para explicar los movimientos del siguiente ejercicio. Sabe por anteriores clases que puedo ser muy flexible. Pero una tiene sus limitaciones, aunque la profesora no tiene por qué conocerlas. El crack de mi espalda podría servir de indicativo. Parece que no. Ella insiste en que siga presionando la pelvis hacia adelante, gire el torso hacia arriba y haga fuerza con la pierna hacia abajo. Todo, mientra ella intenta descoyuntarme el brazo. Al menos lo explica en inglés.

Por fin termina la clase. Aún así tengo que reconocer que el esfuerzo ha tenido su recompensa inmediata. Todos hemos estado muy concentrados en los suaves y concisos movimientos, lo cual significa que hemos puesto toda nuestra atención en cada uno de nuestros órganos, articulaciones y músculos. Efectivamente, hay más espacio dentro de nosotros. Más del que nos imaginamos. Quizá por eso no hagan falta casas tan grandes.

9 comentarios:

  1. Que sepas que la última frase da lugar a malentendidos...

    ResponderEliminar
  2. ¿Pero tú vas a yoga o aprendes artes marciales? Eso ha sonado a llave :D

    ResponderEliminar
  3. Interesante experiencia de una gwailo en Hong Kong...¡Qué dura es la incomunicación!

    ResponderEliminar
  4. Ana, muy interesante tu entrada. Te sigo desde que participas en los programas de madrugada de cope. Me encantan tus historias. 1 abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Enhorabuena por tu blog, Ana. No solo cuentas las cosas de maravilla en la radio, sino también por escrito. Por cierto, todo un detalle el de Carmen al usar el inglés para todos como deferencia para la única que no entiende cantonés...Podrían tomar nota algunos de por aquí...

    Mantén el jardín bien cuidado, que ya ves que tienes visitantes! Besos.

    ResponderEliminar
  6. Ana, me encantan tus participaciones en los programas nocturnos y sobre todo las historias que cuentas y como lo cuentas.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Hola hola!! Me encantan tus crónicas que haces por las noches desde el plan c y como cuentas las cosas, tan claras, concisas y muy explicatvas, intersesante lo de la clase de yoga y que se pongan nombres occidentales para la pronunciación, y lo de los extraterrestres me ha dejado anodadado, no sabía yo esto, bueno es saberlo!

    ResponderEliminar
  8. Desde hace tiempo te sigo en la Cope,me encantan tus historias del lejano Oriente,un gran trabajo Ana y por supuesto una bonita voz.Un saludo desde Asturias

    ResponderEliminar
  9. Acabo de descubrir el blog y me encanta. Felicidades, Ana, ya te seguía en tus participaciones en los programas de Cope y, desde hoy me pasaré también por aquí para leer tus historias orientales

    ResponderEliminar