Post abierto a Gustavo de Aristegui

Gustavo de Aristegui, diputado nacional del Partido Popular y gran conocedor de regiones internacionales, en especial las de Oriente Medio, ha publicado en su blog un comentario en el que critica con cínica bilis el Consejo Audiovisual Catalán y el proyecto que el Gobierno de Zapatero planea presentar en breve. Lo ha denominado represión. Hay cosas por las que no paso. Mi amigo Franco Bahamonde Junior dice que la sangre se le hace vinagre. Por cuanto me he tomado la licencia de escribirle un breve post, muy opinativo, sí:

Señor Arístegui, no ha tenido el decoro de criticar en este post muy por encima a esto el proyecto del Estatuto del Periodista, que llega mucho más allá que su único argumento contra este Consejo: la veracidad, y tiene ahora la ligereza de denominar represión política a un órgano de carácter sancionador exclusivamente, amparándose en lo de la dichosa veracidad. Usted no sabe que ese proyecto del Estatuto niega o da carnés, no en función de un título sino del sectarismo de un consejo. A este sí, a este no. Vaya, hombre, que pena que usted no lo recogiera . Tal vez fue un descuido. Creo que no, creo que a usted le importa muchísimo más la veracidad.

Mire si es por eso aquí, muy cerca, en España, hay muchos periodistas que tendrían que estar en la cárcel. Tiene usted a mano el mismo adjetivo, represión, para decirse en su blog a esa gente que usted pelotea, por ejemplo en la COPE, para que hablen de su libro.

Su complacencia olvida que algunos sujetos de esa cadena dan datos de los colegios donde están las hijas de un ministro y extorsionan micrófono en mano a las empresas catalanas. Usted, que me imagino que estará tan sensibilizado con el terrorismo armado como lo estamos la mayoría olvida que con la omisión y proselitismo hacia los de la doctrina de palangana y trabuco apoya otra fórmula de atentar. Verdad que no hay sangre, pero la amenaza y la mentira pueden conducir a ello.

Sé que el pensamiento único es algo simplista y oprobioso con la libertad. Pero cuando usted no esté de acuerdo piense en lo que ha callado y en lo que olvida porque somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestros silencios. Fíjese si es así que no le he hablado de otros Consejos Audiovisuales que su partido conoce y también de los que van a dejar de existir en aras de la libertad. Es como echar lo que estorba debajo de la mesa para que las visitas no se den cuenta.