sábado, 3 de noviembre de 2007

¿La fe de Sara?

En la que nosotros hemos llegado a denominar como “la galería de los héroes de la fe” (Hebreos 11) aparecen mencionadas por nombre sólo dos mujeres, una es Rahab y la otra es Sara esposa de Abraham.

Muchos conocemos el acto de fe de Rahab y no ponemos en tela de juicio su inclusión en tan ilustre lista pero, ¿por qué razón se incluye a Sara?¿No acaso ella se rió cuando Dios le dijo que iba a darle un hijo a Abraham? (Génesis 18: 10-15). ¿Cuál fue el acto de fe que le dio cabida en la galería de los héroes de la fe? Afortunadamente la Biblia nos lo menciona, pues en Hebreos 11:11 dice:

“Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerzas para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que rea fiel quien lo había prometido.”

Como podemos ver, el acto de fe que le otorgó a Sara un lugar entre los héroes de la fe fue el creer que Dios le daría fuerzas para parir un hijo a pesar de la edad. Analicemos la situación. Sara era una mujer de aproximadamente noventa años de edad, que estaba embarazada, ¿cuántas posibilidades había de que sobreviviera al parto? Isaac nacería, eso era cierto y seguro porque Dios le había prometido a Abraham que tendría un hijo de Sara, pero en esos momentos, Sara corría un alto riesgo. Para que una mujer de noventa años de a luz sin morir es un milagro y solamente Dios podía otorgar ese milagro, siempre y cuando Sara tuviera fe en Él y se pusiera en sus santas manos.

¿Qué hubiera ocurrido si Sara no hubiera tenido fe al momento del parto? La respuesta es simple: Hubiera muerto. Isaac nacería viviera Sara o no, porque la promesa de Dios era firme, pero Isaac hubiera tenido que crecer sin su verdadera madre y quien sabe qué tipo de nodriza hubiera tenido y que costumbres ajenas a lo que creían Abraham y Sara hubiera aprendido. Pero Sara no murió ya que a la hora del parto creyó que Dios era tan poderoso para obrar cualquier milagro, y como tuvo esa fe en Dios, al momento de dar a luz recibió fuerzas. Y la recompensa de su fe no fue solamente sobrevivir al parto, sino también amamantar a su hijo, educarlo, verlo crecer hasta alcanzar la madurez y disfrutarlo por treinta y siete años, además de ocupar un puesto de honor con los héroes de la fe al lado de su esposo. Si Sara no hubiera tenido fe se habría perdido de muchas bendiciones.

Muchas veces admiramos a Abraham por su fe, y lo señalamos como un buen ejemplo de alguien que confía e Dios, pero no debemos dejar a un lado a Sara, pues ella también es un gran ejemplo de fe ante los ojos de Dios, un ejemplo que nosotros, como coherederos con ellos de una misma esperanza, haremos bien en imitar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Exelente!!.Muy buen punto.La fe de las grandes cosas es mucho mas admirada que la fe de la vida diaria.Creer no solamente que Dios hara lo que prometio,sino que tambien dara la capacidad y la fuerza para enfrentar y vivir los retos que se nos presentan.

Saludos!!

Isa dijo...

¡Gracias Alex! por hacernos recordar de nuevo que pertenecemos a un Dios de imposibles, que no hay otro semejante a Él y ¡a él pertenecemos! Así que podemos descansar en Él ¡en todo momento! El Señor te continúe bendiciendo.

Anónimo dijo...

Gracias Alex!
Realmente no por nada sara está en el salón de los héroes de la Fe. Pero es cierto, la figura de Abraham la eclipsa.
De manera que me parece muy justo (y por supuesto aleccionador) el hecho de rescatar la figura de esta gran mujer.
¡Bendiciones!
(Muy bueno este espacio - ¡Adelante!)
Dany