En la primera parte de Mi vecino Alonso, trato de situar en el mapa de la Mancha el lugar de don Quijote, teniendo solo en cuenta los datos geográficos que de él nos deja Cervantes muy intencionadamente.
“La revelación ha partido del rocín flaco cabalgado por el arrostrado caballero, quizá a cambio de una espuerta de pienso del que tan necesitado veía al jamelgo en cada correría”. Esto prologó mi amigo Santiago. Y lleva mucha razón. Rocinante, es el primer capítulo de la obra. Y, ¿Qué tiene de importante este caballo flaco, que aparte de dedicarle Cervantes unos versos de cabo roto y un soneto, solo es el caballo de don Quijote, receptor como su amo de ciento y un palo?
Rocinante, es junto a don Quijote y Sancho Panza, uno de los protagonistas de la obra, como se diría en el cine, un actor secundario. Pero de una gran importancia para el resto del estudio, ya que todas las distancias de caminos están relacionadas a su paso. ¡Al paso de Rocinante!, que como va describiendo Cervantes en la obra, es la mitad justo del paso de un caballo normal. Cervantes quiso que el caballero de la Triste Figura cabalgara sobre un caballo de su misma triste figura, y adecuó su aspecto y flaqueza a la de su amo.
Si al principio de mis investigaciones nada se ajustaba geográficamente a las andanzas y jornadas de don Quijote, después de determinar, “su jornada de camino a lomos del flaco Rocinante”, todo empezó a cuadrar, como en un rompecabezas. El Quijote es una obra de ficción, sin duda, pero una realidad geográfica desde ese momento.
Luis Miguel Román Alhambra
Estimado Luis Miguel Román Alhambra,
Le invito a visitar mis blogs «Tres enigmas y un divertimento» o bien «Urganda la Desconocida». En ellos se comenta el posible recorrido de Rocinante al salir de la aldea del Quijote y Sancho, quizá pudiera interesarle algún dato o aportale alguna idea.
Un saludo,
Fernando Alvarez Junco