Según parece, más de mil cristianos fueron quemados vivos en la Misión salesiana de Santa Teresa del Niño Jesús en la ciudad de Duekoue.
Esta entrada no pretende denunciar nada. Sólo brindar apoyo a esos hermanos lejanos en el espacio, cercanos en lo más íntimo, y dar a conocer tanto sufrimiento humano, informando sobre lo que está sucediendo, y ningún medio de comunicación nos cuenta. Y por otro lado, hacer caer en la cuenta de la presencia real de la lucha a muerte entre el Bien y el mal.
A los que dudan del mundo sobrenatural, viendo las imágenes que se recogen a continuación, encontrarán motivos suficientes para pensar que ni el odio humano más feroz es capaz de llegar a estos extremos. El culpable de este odio, no es un hombre, es el mismo demonio. Por otro lado, quedaría incompleto el cuadro si sólo viéramos el horror del odio y de la violencia desmedida, si no fijáramos la mirada en el corazón herido de la humanidad que sufre las consecuencias del pecado, y que lo asume, perdonando, y pidiendo al Dios de la Misericordia (el católico, el veraz), por sus verdugos. Qué dos personajes tan impactantes, y tan reales en nuestro mundo… El hombre se encuentra entre un Dragón que intenta comerle, y un Dios que llegó a la cruz para salvarle.
La ceniza de estos cristianos, será semilla de perdón y vida divina en África.
Las imágenes recogidas a continuación son impactantes, y no aptas para todos los públicos, una actualización de la Cruz de Cristo que no estamos acostumbrados a ver…
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