viernes, 6 de febrero de 2009






LA MARIPOSA MONARCA
























Este interesante artículo, cuyo texto y fotos de DAVID BADÍA VILLAS, salió publicado en la revista QUERCUS, en Febrero de 1992, creo merece ser compartido aquí con todos los visitantes fijos o esporádicos, por su belleza.

Todo lo bello inspira. Y la poesía es inspiración en si misma.

Gracias pues a su autor. Por su trabajo científico, por la belleza del mismo, y por
Ser fuente de inspiración impresa en papel, que bien merece esparcirse por el aire,
Aunque su texto sea abreviado, y que INTERNET, haga volar esas mariposas, por todos los continentes de LA TIERRA.

ANGALU

Una especie americana recién ingresada en la fauna ibérica. (1992)
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
La mariposa MONARCA es un lepidóptero que pertenece a la familia DANAIDAE.
Todas las especies de esta familia se caracterizan por la ausencia de escama en las antenas y por la reducción de sus patas delanteras, carentes de epífisis.
Incluye especies de tamaño grande como la propia DANAUS PLEXIPPUS, que tiene una envergadura próxima a los diez centímetros.
El cuerpo de la MARIPOSA MONARCA es negro con manchas blancas fáciles de apreciar. Las alas tienen un fondo color pardo rojizo por el lado dorsal y son algo más claras por el ventral.
La disposición de las venas negras de las alas es FUNDAMENTAL para su clasificación. Los machos, a diferencia de las hembras, poseen órganos odoríferos
( ANDROCONIOS) apreciables como una dilatación de color negro en la mitad de una vena de las alas posteriores.
En algunos enclaves de MESOAMÉRICA las MARIPOSAS MONARCA han establecido unos santuarios donde se producen las multitudinarias congregaciones que caracterizan el comportamiento social de esta especie.

MÉTODOS DE DEFENSA
La vida de las MARIPOSAS MONARCA se inicia en unas plantas que resultan tóxicas para la mayoría de los animales. Allí deposita sus huevos la hembra a lo largo de la primavera o del verano. La oruga emerge a los pocos días, con sus llamativas franjas blancas, negras y amarillas, y se alimenta de la misma planta.
Aumentará hasta 200 veces su tamaño original después de sólo 2 semanas.
Las plantas nutricias de las orugas pertenecen, básicamente, a las familias ASCLEPIADACEAE y APOCYNACEAE, herbáceas erectas como los venenillos (ASCLEPIAS CURASSAVICA) que contienen en su látex glucósidos cardíacos y alcaloides venenosos.
Las orugas, gracias a sus prominentes mandíbulas dentadas, comen estas plantas y acumulan en sus cuerpos unas sustancias que, siendo inertes para ellas, resultan tóxicas y de sabor repugnante para la mayoría de sus potenciales depredadores. De este modo, sus hábitos alimentarios constituyen un magnífico mecanismo de defensa.
Por otro lado, la toxicidad de los venenillos se convierte en una protección adicional para la monarca mientras permanezca sobre estas plantas, ya que ningún herbívoro intentará alimentarse con ellas. De hecho, se ha comprobado que la ingestión accidental de los venenillos provoca diversos problemas motores y dificultades respiratorias. A su vez, la presencia de las mariposas monarca beneficia a los venenillos, ya que permite su polinización directa.
Puesto que las orugas de monarca son desagradables para sus depredadores, otras mariposas han adquirido sus mismas tonalidades en un caso más de MIMETISMO BATESIANO. Así, la mariposa VIRREY (LIMENITIS ARCHIPPUS) imita los colores de la monarca y consigue confundir a sus enemigos, que la consideran también tóxica.
A pesar de todo, algunos aves han aprendido a distinguir entre la especie modelo y sus imitadoras. Incluso se ha comprobado que ciertas aves pueden diferenciar las partes más o menos desagradables de las monarcas. De esta forma, las CALANDRIAS (ICTERUS ABELLEI) y los TIGRILLOS (PHEUTICUS MELANOCEPHALUS) se han adaptado a comer sólo el tórax y el abdomen de las mariposas monarca.

HÁBITAT
La MARIPOSA MONARCA es una especie originaria de continente americano que se extiende desde CANADÁ hasta PERÚ y que alcanzó durante el siglo pasado (XIX) una espectacular expansión. Llegó a NUEVA ZELANDA en 1840, a AUSTRALIA en 1870 y a las islas CANARIAS en 1880. Unos años más tarde se constataría su presencia como divagante ocasional en la península ibérica. Recientemente ha podido comprobarse que se reproduce libremente y de forma masiva en diversos puntos del litoral peninsular, por lo que puede considerarse como un nuevo integrante de la fauna ibérica. Sin embargo, las masivas agregaciones en colonias, localmente conocidas como santuarios, sólo se producen en MÉXICO.
Hace tiempo que se sabía que las mariposas MONARCA de la porción norte del continente americano migraban al comenzar el otoño. Su hipotético destino podía ser una zona tropical cálida, pero hubo que esperar a 1976 para que URQUHART lograra conocer con precisión el punto de destino gracias a un efectivo sistema de marcaje. Para sorpresa de muchos investigadores, las zonas de invernada se localizan en las montañas de SIERRA MADRE, en el estado de MICHOACÁN (MÉXICO), dónde predomina un clima de inviernos secos y relativamente fríos.
Con la localización de las primeras colonias de invernada se descubrió el curioso fenómeno de las concentraciones formadas por millones de individuos, característica única no observada en otros lugares. Lo extraordinario de este fenómeno de trascendencia internacional es que provocó la declaración de áreas de invernada o santuarios como RESERVA ESPECIAL DE LA BIOSFERA MARIPOSA MONARCA. Esta reserva está situada en la provincia biogeográfica del EJE NEOVOLCÁNICO TRANSVERSAL, una zona de transición entre la región ártica y la neo tropical. La reserva se extiende sobre 16.100 hectáreas y está cubierta por bosques de abetos ABIES RELIGIOSA.

LAS MIGRACIONES
Si bien existen poblaciones propias de MARIPOSA MONARCA en la RESERVA ESPECIAL DE LA BIOSFERA E MICHOACÁN, es al acercarse el invierno cuando pueden verse millones de especimenes procedentes de CANADÁ y ESTADOS UNIDOS. Estas mariposas recorren más de 5.000 kilómetros lineales en un verdadero vuelo de migración.
El estímulo migrador viene marcado por una serie de cambios hormonales que coinciden con las variaciones climáticas: se retarda la madurez de los órganos sexuales, se acumulan grasas en el cuerpo y se despierta el impulso de volar a miles de kilómetros de distancia. La última generación estival es la más numerosa, para así garantizar la supervivencia de la especie.
Durante la migración, las mariposas no vuelan en grupos, sino que cada individuo inicia el viaje en solitario y se concentran en el punto de destino. Al llegar a MÉXICO, habitualmente en el mes de noviembre, las mariposas mantienen una baja actividad y un letargo reproductivo. A finales de Enero, cuando suben las temperaturas y los días empiezan a ser más largos, se observa un cierto movimiento dentro de la colonia. Durante febrero y marzo, cuando el clima es más benigno y abunda el alimento, las monarca pasan más tiempo volando. Durante esos meses los adultos de aparean. En el mes de Abril la nueva generación de individuos se prepara para el viaje de regreso al norte del continente alimentándose y acumulando las energías necesarias para el viaje.
Existen algunos datos precisos sobre la capacidad de vuelo de estas frágiles mariposas, cuyo peso es inferior a un gramo. Un ejemplar marcado en NUEVA YORK fue recuperado en CIUDAD DE MÉXICO tras recorrer casi 4.000 kilómetros a un promedio superior a los cien diarios.

MARIPOSAS Y ABETALES
Todas las colonias están localizadas entre los 19-20º de latitud norte y los 100-101º de longitud oeste, en altitudes que varían entre los 3.000 y los 3.500 metros sobre el nivel del mar. En esa zonas dominan los bosques de ABIES RELIGIOSA, una especie de abeto conocida localmente como OYAMEL. Las características estructurales, el área basal y la densidad del bosque producen diferencias micro climáticas que influyen en la forma de establecerse las colonias.
EL OYAMEL, ENDÉMICO de MÉXICO, puede alcanzar los 40 metros de altura. Su copa, densa y triangular, se ramifica desde la base brindando la protección que requieren para resguardarse de los vientos fríos y de las lluvias invernales.
La vocación forestal de la región obliga a un control constante de la reserva, dado que el oyamel es la especie vegetal de mayor importancia económica de México. Una tala abusiva de estos particulares abetales provocaría variaciones térmicas extremas capaces de desgastar físicamente a las mariposas.
Las reservas de grasa, ampliamente mermadas en sus viajes migratorios, pueden recuperarse parcialmente por transformación metabólica de los azúcares obtenido del néctar de las flores. En este sentido, los bosques de oyameles, situados en un clima más benigno que los abetales boreales, permiten el crecimiento de numerosas especies vegetales que florecen desde febrero hasta abril, justo antes del regreso de las citadas mariposas a sus zonas de estiaje.

EL CORTEJO
El cortejo varía según sea entre miembros de una misma colonia o entre individuos que se encuentran en campo abierto.
En las colonias, el cortejo lo inicia el macho persiguiendo a cualquier hembra. Entre los millones de hembras que coinciden en una colonia, este comportamiento resulta habitual y son miles las parejas que se aparean a la vez. Los apareamientos pueden durar más de una hora o incluso toda la noche.
En campo abierto, el macho marca un territorio que comprende las plantas nutricias que precisan las larvas y dispersa unos aromas afrodisíacos (FENOMONAS) que atraen A LAS HEMBRAS. Al acercarse una hembra, el macho vuela rápidamente hacia ella e inicia un vuelo nupcial que termina con el apareamiento.

LA MARIPOSA MONARCA EN EUROPA
Llegó a Europa a través de las líneas comerciales entre ambas orillas del atlántico. Colonizó en primer lugar las ISLAS CANARIAS y, de hecho, en 1880 se pudo comprobar su reproducción en Tenerife. En la actualidad se ha extendido a la mayorías de las ISLAS CANARIAS.
Como se trata de una especie migradora, la monarca se desplazaría desde las islas hacia el norte, de tal modo que a finales del siglo XIX se capturaron los primeros ejemplares de esta especie en el sur de la península Ibérica, probablemente a causa de una desviación en su ruta normal de vuelo. Un siglo después se ha comprobado su reproducción en ALICANTE y en CÁDIZ, así como en las islas Británicas.
De este modo, la mariposa monarca, hasta ahora catalogada como una especie típicamente americana, ha dejado de ser una divagante ocasional para convertirse en miembro de pleno derecho de la fauna europea.

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