Las pensiones, otro caballo de batalla
que el neoliberalismo quiere reducir a la condición de pony, gatito
o cucaracha en función de la rama de pensamiento (único) de esta
corriente ideológica. Las pensiones son, también, una cuestión DE
REPARTO: no se trata de “lo que sea sostenible”, “lo que se
pueda pagar”, del ratio pensionistas/retirados, del volumen de
cotizaciones sociales y demás zarandajas: se trata de la parte de
producto obtenido que QUEREMOS destinar a nuestros mayores (e
incapaces), ni más ni menos. Lo discutiremos a partir de dos falsas
ideas extendidas entre el común: una ingenua y la otra siniestra.
La idea ingenua identifica a los que
creen que el sistema de pensiones depende de la esperanza de vida de
las personas y entiende que, puesto que la “gente vive más” es
normal que no haya dinero para pensiones y que la edad de jubilación
debería aumentar. En esta corriente, por haber, hay hasta gente “que
se cree de izquierdas” simplemente porque vota (o milita) en el
PSOE (yo una vez me apunté a un gimnasio y no me considero un
deportista, pero, en fin, allá ellos...).
El entuerto se deshace con facilidad:
en 1.995 la renta nacional neta disponible ascendía, en España, a
388.029 millones de euros y la esperanza de vida se situaba en 78,09
años (datos INE). En 2.010 el mismo concepto de renta se situaba en
854.880 millones de euros y la esperanza de vida había subido hasta
los 81,95 años. Si la renta disponible en esos quince años largos
se ha multiplicado por más de dos veces y media y la edad de
jubilación no llega a subir un 5% está claro que la sostenibilidad
del sistema no depende de lo que viva el pensionista, sino de otra
cosa.
Se nos dirá que se debe a que ha
aumentado el número de bocas (que además son más viejas)... ¡Pues
tampoco! Porque si se analiza lo que suponían las pensiones de vejez
en 1.995 nos encontramos con que representaban un 8,3% del PIB
mientras que en 2.008 (último dato del que hay serie en INEBASE)
vemos que representaban ¡un 6,8%!(*). Es verdad que se pagan más pensiones de vejez, pero también es cierto que, en proporción a lo que ha crecido el PIB, el reparto es menor. Entre tanto alguien se ha
comido el queso.
Como los datos son contundentes al
neoliberal sólo le queda recurrir a la imaginación, a la videncia y
a aterrorizar con el futuro: pinta escenarios futuristas siniestros,
en el que la gente vive doscientos años (¡viva!), nadie trabaja
(casi cómo ahora) y todos pululamos macilentos, con heridas
purulentas y los ojos inyectados en sangre, tullidos, enfermos como
los zombis de “the walking dead”. Esta profecía según ellos
llegará, seguro, si no se recortan hoy las prestaciones: pero esto
ya no entra en el campo de la razón sino de la literatura de
catástrofes, de la que mi hermano es avezado escritor.
La segunda línea de opinión, la
siniestra, busca la sustitución del actual sistema de pensiones, de
solidaridad intergeneracional (aunque poca solidaridad, ya se ve) por
otro absolutamente insolidario: el mecanismo de capitalización: cada
uno se busca la manera de ahorrar para su jubilación como pueda: es
el sistema “pinochetista”: el que está en el paro, el cien,
quinientos, mil eurista la mayor parte de su vida, llegará a la edad
de jubilación con una “mochila” en la que, con suerte, habrá
liendres y chuscos de pan; el hijo de papá, alto directivo, heredero
de empresas, controlador de AENA, directivo de banca, político de
alfombra y coche oficial se jubilará con una mochila llena de latas
de caviar, “moetchandon” y fruslerías de este tipo. Este es el
modelo de Estado de Bienestar que gracias a tirios (PP) y troyanos
(PSOE), cada vez se ve más cercano.
Volviendo al hilo, sólo me queda
insistir en que las pensiones, también las pensiones, son una
cuestión de reparto: si quisiéramos dar a nuestros jubilados un
mayor trozo de tarta de lo que produce nuestra economía (un 6% más
de nuestro PIB, sesenta mil millones de euros, por ejemplo, para
situarnos como Alemania) no pasaría nada. Se financiaría con
cotizaciones, con impuestos, con lo que fuera y seguiría sin pasar
nada...
Nada, nada... ¡Miento! Otros se quedarían sin ese trozo de
pastel, los ricos: pero, a estos también les haríamos un favor: con
la cantidad de tarta que ya comen, al quitarles un pedacito, quizá
les salvemos de la diabetes.
(*) Eurostat nos adjudica un 25% de
gasto social (que incluye todo tipo de prestaciones sociales) sobre
nuestro P.I.B. en 2.008, que es superior a los datos del INE (22,7%,
me sale a mí en INEBASE): con ese porcentaje nos colocamos por
debajo de la media de la UE-27 (la que recoge a pobres, ricos, países
del este y occidentales) que es el 29,5%, por detrás de Dinamarca,
Francia, Suecia, Países Bajos, Alemania, Austria, Bélgica,
Finlandia, Italia, Reino Unido, Grecia, Irlanda y Portugal. Mirando
hacia abajo es posible que el Gobierno (anterior, actual y futuro)
trate de colocarnos en la línea de países como Eslovenia, Hungría,
Luxemburgo (aquí todos son ricos, no les hacen falta las pensiones),
Lituania, Chipre, República Checa, Malta, Polonia, Estonia,
Eslovaquia, Bulgaria, Rumanía y Letonia. Creo que a gobierno y
patronal el modelo de Rumanía (17,1%) les parece el mejor... Un poco
alto, quizá. Descartado, desde luego, el de Laponia (30,3%).
Habiendo que repartir entre tantas cosas se hace necesario establecer un orden.
ResponderEliminarNi que decir tiene que si la banca, como un ente necesitado prioritario, ha de absorber el 10% del PIB (sí, sí, estoy contando sólo los intereses de la "línea de crédito", descontando que hasta ahora sólo hemos hablado del primer tercio), pues ya nos queda menos para los demás.
Tómese los otros entes prioritarios (resto de intereses y repagos de deudas del Estado, tal y como reza la nueva Constitución, sueldos de políticuchos y cargos públicos a razón de decenas de miles, apropiaciones indebidas varias, mordidas de yernísimos, etc..) y veremos como, obviamente, el gobierno tiene razón: hay que recortar las pensiones, no sin antes subir el IVA, que solo con el recorte no llega para lo prioritario.
p.d. te has pasao con lo de tu hermano...
Entre otras cosas porque no soy un literato ;)
EliminarPues yo me apunto al sistema de capitalización, que es el único sensato.
ResponderEliminarLo de la solidaridad está muy bien, pero porqué con un pensionista (o con un pensionista rico). Porqué con un desempleado (o con un desempleado rico). Efectivamente, determinese un porcentaje de la renta (o mejor, patrimonio) a distribuir solidariamente entre las personas que REALMENTE lo necesitan porque estén debajo de un determinado umbral de pobreza. Punto. (y a gestionar ese fondo con inteligencia, quizás hay personas a las que la ayuda debe llegarles "en especie" y no en efectivo).
Y que sepamos todos donde van los impuestos. Que ese porcentaje sea como la casilla de la Iglesia, obligatorio sí, pero que quede claro que ese importe y solo ese es para ese fin y solo para ese fin: para las personas que realmente lo necesiten. Los demas a buscarse la vida y a capitalizar sus ahorros para disfrutarlos en el futuro o legarlos a los hijos y no tener que necesitar realmente que la sociedad sea solidaria contigo.
Abajo el Estado Robin Hood
ResponderEliminarSi las pensiones es una cuestión de que QUEREMOS destinar ¿por qué no las privatizamos o capitalizamos? ¿por qué nos tenemos que aguantar con pagar sí o sí al estado? ¿por qué no podemos gestionar nuestro dinero como nos de la gana?
ResponderEliminar¿Qué un sistema de capitalización en las pensiones es insolidario? ¿Decidir que cada persona pueda tener la libertad y la responsabilidad de gestionar sus propios ahorros es insolidario? ¿es solidario que el estado te quite parte de tus ahorros para destinarlos a lo que ellos consideran que es bueno para ti? No, eso se llama robar a la gente..No necesitamos al estado para que nos diga cuanto queremos ahorrar para nuestra jubilación, ya somos mayorcitos para saber como lo tenemos que hacer
Estimado Mauro y Hank, no sé, tengo la sensación de que la Seguridad Social en el fondo es un impuesto más del montón con la salvedad de disponer de sus propios contables para guardar las formas, de hay la alegre manía gubernamental de meter las zarpas en el cuando le venía en gana y mandar la pasta al presupuesto general del estado.
ResponderEliminarEncima de haber poco, lo roban, aun así siempre apoyaré un sistema de asistencia social público, no hay mucha diferencia de choriceo entre los públicos y los privados,solo hay que esperar a que quiebren unas cuantas empresas financieras de pensiones para que se organice un sindiós y entonces alguien os echará en cara vuestra elección personal cuando exijáis al estado la recapitalización de vuestras hurtadas pensiones.
¿Estado Robin Hood? ¿eso cuando a existido? tengo noticias de un lugar mítico llamado "El extranjero" pero en España para que mediera algo el estado siempre le he tenido que dar el triple previamente.