"El Ejecutivo del Estado moderno no es más que un Comité que administra los negocios comunes de toda la burguesía" (K. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista).

miércoles, 13 de junio de 2012

Duty Free y V


            Las pensiones, otro caballo de batalla que el neoliberalismo quiere reducir a la condición de pony, gatito o cucaracha en función de la rama de pensamiento (único) de esta corriente ideológica. Las pensiones son, también, una cuestión DE REPARTO: no se trata de “lo que sea sostenible”, “lo que se pueda pagar”, del ratio pensionistas/retirados, del volumen de cotizaciones sociales y demás zarandajas: se trata de la parte de producto obtenido que QUEREMOS destinar a nuestros mayores (e incapaces), ni más ni menos. Lo discutiremos a partir de dos falsas ideas extendidas entre el común: una ingenua y la otra siniestra.

           La idea ingenua identifica a los que creen que el sistema de pensiones depende de la esperanza de vida de las personas y entiende que, puesto que la “gente vive más” es normal que no haya dinero para pensiones y que la edad de jubilación debería aumentar. En esta corriente, por haber, hay hasta gente “que se cree de izquierdas” simplemente porque vota (o milita) en el PSOE (yo una vez me apunté a un gimnasio y no me considero un deportista, pero, en fin, allá ellos...).

              El entuerto se deshace con facilidad: en 1.995 la renta nacional neta disponible ascendía, en España, a 388.029 millones de euros y la esperanza de vida se situaba en 78,09 años (datos INE). En 2.010 el mismo concepto de renta se situaba en 854.880 millones de euros y la esperanza de vida había subido hasta los 81,95 años. Si la renta disponible en esos quince años largos se ha multiplicado por más de dos veces y media y la edad de jubilación no llega a subir un 5% está claro que la sostenibilidad del sistema no depende de lo que viva el pensionista, sino de otra cosa.

             Se nos dirá que se debe a que ha aumentado el número de bocas (que además son más viejas)... ¡Pues tampoco! Porque si se analiza lo que suponían las pensiones de vejez en 1.995 nos encontramos con que representaban un 8,3% del PIB mientras que en 2.008 (último dato del que hay serie en INEBASE) vemos que representaban ¡un 6,8%!(*). Es verdad que se pagan más pensiones de vejez, pero también es cierto que, en proporción a lo que ha crecido el PIB, el reparto es menor. Entre tanto alguien se ha comido el queso.

             Como los datos son contundentes al neoliberal sólo le queda recurrir a la imaginación, a la videncia y a aterrorizar con el futuro: pinta escenarios futuristas siniestros, en el que la gente vive doscientos años (¡viva!), nadie trabaja (casi cómo ahora) y todos pululamos macilentos, con heridas purulentas y los ojos inyectados en sangre, tullidos, enfermos como los zombis de “the walking dead”. Esta profecía según ellos llegará, seguro, si no se recortan hoy las prestaciones: pero esto ya no entra en el campo de la razón sino de la literatura de catástrofes, de la que mi hermano es avezado escritor.

              La segunda línea de opinión, la siniestra, busca la sustitución del actual sistema de pensiones, de solidaridad intergeneracional (aunque poca solidaridad, ya se ve) por otro absolutamente insolidario: el mecanismo de capitalización: cada uno se busca la manera de ahorrar para su jubilación como pueda: es el sistema “pinochetista”: el que está en el paro, el cien, quinientos, mil eurista la mayor parte de su vida, llegará a la edad de jubilación con una “mochila” en la que, con suerte, habrá liendres y chuscos de pan; el hijo de papá, alto directivo, heredero de empresas, controlador de AENA, directivo de banca, político de alfombra y coche oficial se jubilará con una mochila llena de latas de caviar, “moetchandon” y fruslerías de este tipo. Este es el modelo de Estado de Bienestar que gracias a tirios (PP) y troyanos (PSOE), cada vez se ve más cercano.

           Volviendo al hilo, sólo me queda insistir en que las pensiones, también las pensiones, son una cuestión de reparto: si quisiéramos dar a nuestros jubilados un mayor trozo de tarta de lo que produce nuestra economía (un 6% más de nuestro PIB, sesenta mil millones de euros, por ejemplo, para situarnos como Alemania) no pasaría nada. Se financiaría con cotizaciones, con impuestos, con lo que fuera y seguiría sin pasar nada... 

              Nada, nada... ¡Miento! Otros se quedarían sin ese trozo de pastel, los ricos: pero, a estos también les haríamos un favor: con la cantidad de tarta que ya comen, al quitarles un pedacito, quizá les salvemos de la diabetes.




(*) Eurostat nos adjudica un 25% de gasto social (que incluye todo tipo de prestaciones sociales) sobre nuestro P.I.B. en 2.008, que es superior a los datos del INE (22,7%, me sale a mí en INEBASE): con ese porcentaje nos colocamos por debajo de la media de la UE-27 (la que recoge a pobres, ricos, países del este y occidentales) que es el 29,5%, por detrás de Dinamarca, Francia, Suecia, Países Bajos, Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia, Italia, Reino Unido, Grecia, Irlanda y Portugal. Mirando hacia abajo es posible que el Gobierno (anterior, actual y futuro) trate de colocarnos en la línea de países como Eslovenia, Hungría, Luxemburgo (aquí todos son ricos, no les hacen falta las pensiones), Lituania, Chipre, República Checa, Malta, Polonia, Estonia, Eslovaquia, Bulgaria, Rumanía y Letonia. Creo que a gobierno y patronal el modelo de Rumanía (17,1%) les parece el mejor... Un poco alto, quizá. Descartado, desde luego, el de Laponia (30,3%).

6 comentarios:

  1. Habiendo que repartir entre tantas cosas se hace necesario establecer un orden.

    Ni que decir tiene que si la banca, como un ente necesitado prioritario, ha de absorber el 10% del PIB (sí, sí, estoy contando sólo los intereses de la "línea de crédito", descontando que hasta ahora sólo hemos hablado del primer tercio), pues ya nos queda menos para los demás.

    Tómese los otros entes prioritarios (resto de intereses y repagos de deudas del Estado, tal y como reza la nueva Constitución, sueldos de políticuchos y cargos públicos a razón de decenas de miles, apropiaciones indebidas varias, mordidas de yernísimos, etc..) y veremos como, obviamente, el gobierno tiene razón: hay que recortar las pensiones, no sin antes subir el IVA, que solo con el recorte no llega para lo prioritario.

    p.d. te has pasao con lo de tu hermano...

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  2. Pues yo me apunto al sistema de capitalización, que es el único sensato.

    Lo de la solidaridad está muy bien, pero porqué con un pensionista (o con un pensionista rico). Porqué con un desempleado (o con un desempleado rico). Efectivamente, determinese un porcentaje de la renta (o mejor, patrimonio) a distribuir solidariamente entre las personas que REALMENTE lo necesitan porque estén debajo de un determinado umbral de pobreza. Punto. (y a gestionar ese fondo con inteligencia, quizás hay personas a las que la ayuda debe llegarles "en especie" y no en efectivo).

    Y que sepamos todos donde van los impuestos. Que ese porcentaje sea como la casilla de la Iglesia, obligatorio sí, pero que quede claro que ese importe y solo ese es para ese fin y solo para ese fin: para las personas que realmente lo necesiten. Los demas a buscarse la vida y a capitalizar sus ahorros para disfrutarlos en el futuro o legarlos a los hijos y no tener que necesitar realmente que la sociedad sea solidaria contigo.

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  3. Abajo el Estado Robin Hood

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  4. Si las pensiones es una cuestión de que QUEREMOS destinar ¿por qué no las privatizamos o capitalizamos? ¿por qué nos tenemos que aguantar con pagar sí o sí al estado? ¿por qué no podemos gestionar nuestro dinero como nos de la gana?


    ¿Qué un sistema de capitalización en las pensiones es insolidario? ¿Decidir que cada persona pueda tener la libertad y la responsabilidad de gestionar sus propios ahorros es insolidario? ¿es solidario que el estado te quite parte de tus ahorros para destinarlos a lo que ellos consideran que es bueno para ti? No, eso se llama robar a la gente..No necesitamos al estado para que nos diga cuanto queremos ahorrar para nuestra jubilación, ya somos mayorcitos para saber como lo tenemos que hacer

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  5. Estimado Mauro y Hank, no sé, tengo la sensación de que la Seguridad Social en el fondo es un impuesto más del montón con la salvedad de disponer de sus propios contables para guardar las formas, de hay la alegre manía gubernamental de meter las zarpas en el cuando le venía en gana y mandar la pasta al presupuesto general del estado.
    Encima de haber poco, lo roban, aun así siempre apoyaré un sistema de asistencia social público, no hay mucha diferencia de choriceo entre los públicos y los privados,solo hay que esperar a que quiebren unas cuantas empresas financieras de pensiones para que se organice un sindiós y entonces alguien os echará en cara vuestra elección personal cuando exijáis al estado la recapitalización de vuestras hurtadas pensiones.

    ¿Estado Robin Hood? ¿eso cuando a existido? tengo noticias de un lugar mítico llamado "El extranjero" pero en España para que mediera algo el estado siempre le he tenido que dar el triple previamente.

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