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El almuerzo de los remeros
Características generales:
- Título: Le Déjeuner des Canotiers
- Autor: Pierre-Auguste Renoir
- Año: 1881
- Dimensiones: 129,5 x 172,5 cm
- Técnica: Óleo sobre lienzo
- Estilo: Impresionista
- Museo: The Phillips Collection, Washington
Comentario de la obra
Este cuadro es una de las últimas obras impresionistas de Renoir. Lleno de alegría y vitalidad, en él se muestra uuestra una escena de la vida cotidiana de las que tanto le gustaban al pintor, aunque combinando este tema con paisaje, retrato y bodegón. Consigue captar totalmente la atmósfera del momento.
La escena, situada en la terraza del Restaurante Fournaise, nos muestra la tranquila sobremesa de un grupo de amigos tras una jornada de remo por el Sena.
Situada en el turístico pueblecito Chatou, la Maison Fournaise constituía, junto al cercano embarcadero de la Grenouillére, un lugar muy frecuentado por el grupo impresionista (no en vano a la islita del Sena donde se ubica se la llama “Ile des Impressionnistes”).
Aunque no hay ninguna documentación, probablemente Renoir realizó parte de la obra en la terraza de la Maison Fournaise. No es, en cualquier caso, una obra de arte pintada completamente al aire libre. El largo proceso de cambiar la composición y acabado de la pintura se realizó en el estudio.
Los personajes
Dominando totalmente los gestos y expresiones, Renoir pintó retratos juveniles e idealizados de sus amigos y colegas que frecuentaban la Maison Fournaise:
En el fondo y llevando un sombrero de copa vemos al adinerado Charles Ephrussi (nº 8), un coleccionista, y editor de la Gazette des Beaux-Arts, hablando con un hombre joven que lleva una chaqueta marrón más informal y gorra, que podría ser Jules Laforgue (nº 5), el poeta, crítico y secretario de Ephrussi.
En el centro aparece el actriz Ellen Andrée (nº 6) bebiendo de un vaso mientras nos dirige una melancólica mirada.
Sentado enfrente de Ellen y dándonos la espalda está el Barón Raoul Barbier (nº 4), el antiguo alcalde del Saigon colonial, divirtiendo con su conversación a la joven Alphonsine Fournaise (nº 3), la hija del propietario.
Llevan los tradicionales sombreros de paja de remero tanto ella como el personaje que se encuentra de pie a la izquierda, Alphonse Fournaise (nº 2), dueño del restaurante y que se une también a la sobremesa mezclándose con sus clientes, pero manteniéndose algo al margen.
Al fondo aparecen el artista Paul Lhote (nº 12) y el burócrata Eugène Pierre Lestringez (nº 11). Amigos íntimos de Renoir, parecen estar coqueteando con la elegantemente vestida Jeanne Samary (nº 13), famosa actriz de la «Comédie Française».
Lhote no es el único artista representado en el “Almuerzo de los remeros”; Renoir también incluye un retrato juvenil de su amigo Gustave Caillebotte (nº 9). Pintor y mecenas del propio Renoir, está sentado a horcajadas en primer plano, junto a la actriz Angèle (nº 7) y el periodista italiano Maggiolo (nº 10). Pero a quien en realidad mira Caillebotte es a la encantadora mujer de la izquierda, Aline Charigot (nº 1), la futura mujer de Renoir, que está jugando cariñosamente con el perrito. En su retrato se aprecia perfectamente el afecto que le tenía Renoir.
El estilo
La obra está resuelta en un momento de plena madurez pictórica y es de una gran envergadura por la gran cantidad de personajes que aparecen en el cuadro, siendo muchos de ellos auténticos retratos. Esto unido al juego con la luz, la disposición de las figuras en la escena y la sensación de vida que se respira en el conjunto hacen de esta obra una de las más atractivas del pintor.
Las figuras presentan en general un gran detalle mientras que el paisaje del fondo está más abocetado. Se sitúan bajo un toldo que evita la entrada de la luz solar, provocando sombras coloreadas típicas del Impresionismo. Tras el toldo, en la parte superior izquierda, se aprecian los contornos del puente del ferrocarril que, construido tras la revolución industrial, permitía a los parisinos realizar escapadas los fines de semana a tranquilos parajes como el del cuadro.
Como los remeros y sus compañeras acaban de comer, sobre el mantel se reconocen un magnífico bodegón con los restos de la comida: botellas, frutas, platos, copas…, demostrando el pintor su facilidad para este género.
Gracias a los contrastes y armonías con colores complementarios, se consigue una gran luminosidad. Por ejemplo, se observan contrastes entre violeta y amarillo: vemos vestidos amarillos cuyas sombras son violetas y también vestidos azules que ganan luminosidad gracias a que sus luces son violetas y cerca hay un sombrero o una camisa amarilla.
El fondo es mayoritariamente verde y por eso tiene muy cerca un toldo rojo (complemento del verde), con muchos matices a otros colores cálidos, produciendo una luminosidad fantástica.
Podemos apreciar también las influencias de los colores entre elementos cercanos perfectamente pintadas por Renoir, como en el caso del sombrero de paja del señor Fournaise, su copa está roja influenciada por el toldo. Así mismo, el mantel en la esquina derecha de la mesa tiene todos los colores de lo que tiene cerca: el pantalón, la silla y la mano del personaje sentado.
La composición resuelta por grupos de triángulos reafirma la tranquilidad y serenidad que Renoir sabía transmitir en sus obras.
Linealmente hablando, se combinan las rectas del toldo, sus varillas de soporte y la barandilla, con las curvas de las figuras, tonel, sombreros, etc. consiguiendo un gran equilibrio.
En resumen, es una obra muy equilibrada tanto desde el punto de vista cromático como compositivo, con una gran luminosidad del color. Es una de las obras más importantes de Renoir, una verdadera obra maestra del Impresionismo y de la pintura en general.
Del estudio de Renoir a la colección Phillips
En 1881, poco después de que Renoir completara el cuadro, fue adquirido por Paul Durand-Ruel, un marchante de arte que jugó un importante papel promoviendo la carrera de Renoir y de sus compañeros impresionistas. Lo incluyó en la séptima exposición impresionista en marzo de 1882, siendo la obra bastante bien recibida por la crítica. Hasta 1923 permaneció en la colección privada de la familia de Durand-Ruel. En ese año fue comprada por el americano Duncan Phillips, que pagó por ella 125.000$, lo máximo que se había pagado hasta ese momento por un Renoir. Desde entonces se conserva en la Colección Phillips de Washington, el primer museo de arte moderno abierto en EEUU y que también contiene obras de otros grandes pintores como Van Gogh, Monet, Degas, Cézanne, Braque, Picasso, Matisse, Klee o Mondrian.
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Etiquetas: Arte, Impresionismo, Pintura, Renoir
5 julio 2009 a las 13:55
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28 agosto 2009 a las 18:13
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12 febrero 2010 a las 2:56
yo tengo una replica de esta pintura y esta seriada solo q tiene el año de 1981
26 junio 2013 a las 19:11
fabulosa e impresionante me gustaria tener una réplica
18 diciembre 2013 a las 12:44
Muy bueno psociologia pufff
4 septiembre 2014 a las 0:37
[Fuera de contexto] Buscando esta pintura llegué a tu blog. Me ha gustado y lo he recomendado en un grupo de arte en facebook (que, por cierto, se llama «La cueva de las artes») al que pertenezco. Yo no sé nada de pintura, pero me gusta pensar que estoy aprendiendo (lo que significa que tal vez es solo mi imaginación), me gusta. El punto de este pequeño soliloquio es preguntarte ¿A qué te refieres con «Arte al margen de Fermat»? Sé quien es Fermat, me lo presentó Lisbeth Salander (¿La conoces? «Hija» de Stieg Larsson, RIP). Bueno, que tengas buen día. 🙂
25 May 2016 a las 17:42
es buno