sábado, 1 de mayo de 2010

... GABRIELA ACHER (Septiembre 2009)



Charito Muchamarcha, Conchita Contento, Lorena del Valle... Mujeres que nos hablan del amor, de un feminismo que no ofende al varón, de un príncipe azul que destiñe al primer lavado, de un cambio deseable y positivo... Todo ello está en la voz y la figura de una actriz, guionista, y escritora argentina que lleva más de cuarenta años trabajando. Su nombre es Gabriela Acher que nuevamente nos visita, si bien en esta ocasión lo hace sobre los escenarios, para desvelarnos cómo es el amor en los tiempos del colesterol:


Pregunta: En alguna ocasión has comentado que somos adictos al romanticismo, ¿es ésta una buena adicción?


Gabriela Acher: No lo creo... creo que las mujeres somos adictas al romanticismo, fundamentalmente, pero creo que es porque nos han hecho un surco en el cerebro, desde chiquitas, pensando que vamos a encontrar a un príncipe azul que no nos destiña al primer lavado... pero no sé si eso es posible... así que, creo que hoy en día estamos un poco más pragmáticas y ya por el sólo hecho de habernos liberado y de haber sido capaces de ganar nuestro propio dinero y ser más autosuficientes, nos estamos curando un poco de la adicción al romanticismo, pero no del todo ¿eh? Seguimos esperando al príncipe azul... me parece...

Pregunta: Alguna que otra vez has dicho que este príncipe, no existe...


Gabriela Acher: Me gusta decir que yo tuve un príncipe azul pero me destiñó al primer lavado... no duró mucho el azul que traía...

Pregunta: De nuevo vienes a Madrid con “El amor en los tiempos del colesterol”...


Gabriel Acher: Sí, el amor siempre es bueno en cualquier tiempo... cuando hablo de los tiempos del colesterol en realidad, hablo de que el colesterol es una palabra que aparece en nuestras vidas a partir de una cierta edad, cuando son muy jóvenes no escuchas esta palabra... entonces, el espectáculo y el libro están armados para hablar de los cuarenta años en adelante... además esta época también es llamada la “época light”... porque los hombres y las mujeres ya no podemos intercambiar fluidos... a eso le llamo “El amor en los tiempos del colesterol”... y me parece que también el hecho de que ya la mujer se haya liberado sexualmente, ha hecho que aparezcan muchas mujeres grandes que antes no se separaban de un matrimonio que no iba, pero ahora sí se separan y entran de nuevo al mercado del usado, como me gusta llamarlo a mí y entonces quieren nuevamente pareja, es decir, que ahora hay muchas mujeres de cuarenta, de cincuenta, de sesenta incluso que todavía están remando en busca del amor... ése es el amor en los tiempos del colesterol para mí...

Pregunta: Unos tiempos en los que parece que la mujer sabe desenvolverse mejor que el hombre... el hombre no ha asumido aún el nuevo papel de la mujer...


Gabriel Acher: Absolutamente, yo creo que la mujer hizo una revolución muy grande, partió el tablero y los hombres han quedado totalmente desconcertados frente a esta nueva mujer, porque me parece que la mujer anterior era la fantasía del varón hecha carne; y las mujeres nos habíamos amoldado a esa imagen pero ahora que la mujer es autosuficiente y que está buscando una imagen propia desde ella misma y es diferente, el valor no la ha terminado de reconocer, entonces no sabe cómo relacionarse con esta nueva mujer... creo que la dificultad que encontramos hoy en día es ésa; que ya salimos del lugar donde estábamos, pero no llegamos a donde tenemos que ir...

Pregunta: Quizá por ello has decidido llevar este libro a los escenarios, creando esta especie de consultorio sentimental ¿para mujeres o para hombres?


Gabriela Acher: Está dirigido a ambos... está escrito desde la mujer, pero lo que muestra es la necesidad de la mujer hacia el hombre... la dificultad que tiene en este momento para que el hombre la acepte, acepte a esta nueva mujer... con una sexualidad más abierta, con más exigencias... pero aunque no lo parezca el hombre está más cotizado que nunca, ahora los objetos sexuales son ellos... entonces, el espectáculo muestra esto, que las mujeres a pesar de estar liberadas... siguen teniendo al hombre como centro de su universo...

Pregunta: ... Pero no el hombre convencional, el machista...


Gabriela Acher: Exacto... un hombre nuevo...

Pregunta: ¿Pero existe ese hombre?

Gabriela Acher: Ésa es la pregunta fundamental, es la pregunta que hay que hacerse... a mí me parece que las mujeres estamos queriendo un hombre que todavía no existe y los hombres están queriendo una mujer que está dejando de existir...

Pregunta: Difícil tenemos alcanzar el acuerdo, entonces...

Gabriela Acher: Bueno... todavía nos queda un poco de camino por recorrer, pero yo creo sinceramente que los varones todavía no comprendieron las ventajas de esta nueva mujer... cuánto mejor compañera puede ser esta mujer... una mujer fuerte, que pueda responder si ellos están débiles en algún momento, una mujer que pueda compartir con ellos las responsabilidades... creo que esta nueva mujer es mil veces superior a la anterior; lo que ocurre es que ellos están un poco inhibidos frente a ella... están aún, para mí la palabra es desconcertados... no la terminan de reconocer, pero creo que en cuanto se den cuenta... y ya hay muchos varones que se han dado cuenta, que se están dando cuenta, sobre todo los más jóvenes, van a formar unas parejas nuevas, muy diferentes, e incluso van a ser padres más presentes con los hijos, serán completamente diferentes a los varones hasta el momento... e incluso esos hijos serán diferentes... yo creo que vamos hacia algo mucho mejor, pero tú sabes que los cambios de esta naturaleza son difíciles, llevan tiempo... no se hacen de un día para el otro...

Pregunta: Quizá tenemos mucha prisa...

Gabriela Acher: Sí, tenemos prisa, porque queremos que nos suceda a nosotras mismas, ahora mismo y si es posible, antes...

Pregunta: Tenemos que ralentizar el paso para que el hombre pueda alcanzarnos y casi casi llevarlo de la mano ¿no?


Gabriela Acher: Sin duda, la cuestión es que no les paralice el miedo (risas)

Pregunta: Has comentado que eres feminista sin ofender a los varones...


Gabriela Acher: Por supuesto, para mí, el feminismo significa que la mujer tenga el derecho a elegir su propia vida, ni más ni menos que eso... nada más. Para mí el feminismo es eso... el otro día conversaba con un varón, encantador, que me regaló una rosa y después yo llevaba un bolso pesado y él me dijo que se lo diera a él... yo estaba encantada y le dije “qué caballero más divino, qué felicidad encontrar a un hombre que aún hace estas cosas”... y él me decía “a las mujeres de aquí no les gusta”... le respondí que no creía que fuera eso... ¿no ves? Eso sí es feminismo mal entendido... a mí me parece que el feminismo es otra cosa, no que el varón deje de ser caballero con la mujer, o deje de cortejarla de esa manera afectuosa... El feminismo es el derecho de la mujer para elegir su propia vida, ni más ni menos...

Pregunta: Lo que suelen decir los hombres es que no sabemos qué queremos, qué vida queremos...


Gabriela Acher: Sí, yo creo que una de las cosas que nos pasan es que estamos con una pata allá y la otra acá... todavía no dimos el salto total; somos mujeres de 2000 pero en algunas cosas estamos como abuelitas... el romanticismo que nos han impuesto desde niñas nos hace esperar cosas de los varones que tenía la mujer de antes... por ejemplo, que él pague, que él sea el proveedor absoluto... hay ciertas cosas en las que todavía no dimos el salto total, porque son procesos culturales que llevan tiempo, a veces varias generaciones... entonces es cierto que los varones reclaman... pero a ellos también les pasa lo mismo, también hay ciertas cosas que les gusta de esta mujer y otras que quieren de la mujer anterior... son contradicciones de un proceso de cambio, que va a ir modificándose con el tiempo, pero hay que darle, eso mismo... tiempo...

Pregunta: Desde luego, tú eres una mujer que has dado muchos saltos... presentadora, actriz, reportera, escritora, guionista... cómo lo has hecho...

Gabriela Acher: Sí... cada cosa lleva su tiempo (risas) por supuesto yo tengo una larga trayectoria de actriz porque empecé muy joven en la televisión y estuve casi cuarenta años ininterrumpidos haciendo humor siempre... durante mucho tiempo haciendo humor de otros y con el tiempo fui aprendiendo a desarrollar mi propio humor, cuando ocurrió esto, empecé a escribir mis propios libretos, primero haciendo personajes para mí, para la televisión. El primer personaje que hice también lo traje a España, que fue Charito Muchamarcha, que hablaba todo con “ch” y lo hice en el programa de Chicho Ibáñez Serrador, en el “1,2,3”en 1983. Empecé a escribir mis propios personajes para la televisión y después, también con el tiempo, dejé la televisión porque precisamente tantos cargos me agotaron... se me empezó a caer el pelo, tenía un hijo pequeño y yo pasaba catorce horas al día en la televisión... sábados y domingos incluidos... entonces, dije “basta”... dejé la televisión... y la gente me reclamó mucho... entonces, qué hice... empecé a escribir los libros y a partir de ahí comencé a comunicarme con la gente con los libros... estos tuvieron un éxito fantástico, por suerte, se vendieron en todo el mundo... España me compró tres de ellos (editoriales distintas) y de cada libro fui haciendo un unipersonal para el teatro; entonces, empecé otra etapa de la vida. Dejé la televisión porque todo no se puede hacer y comencé a escribir libros y a hacer unipersonales para el teatro que me han dado mucha satisfacción porque estar ahí riéndome al mismo tiempo que la gente, con las mismas cosas... es de una gratificación que la televisión no te puede dar... una vez escuché a Susan Sarandon diciendo que la diferencia está en que la televisión es como masturbarse y el teatro es como hacer el amor (risas)...

Pregunta: Has actuado en Argentina, también en España... ¿qué diferencia encuentras con el público?


Gabriela Acher: Hasta ahora en televisión no sabes cómo es, salvo los que están allí muy cerca... en teatro, recién empiezo, pero si tengo que guiarme por el estreno, la respuesta fue tan maravillosa como la que tengo en Argentina, porque se rieron mucho, entendieron todo, disfrutaron... mi personaje de Conchita Contento, lo aplaudieron a rabiar... así que no he notado una diferencia entre los dos públicos, por el momento, pero recién empiezo, tampoco tengo mucha experiencia todavía...

Pregunta: Volviendo a hablar de amor, se suele decir que la mujer es más generosa a la hora de amar...

Gabriela Acher: Yo creo que la mujer ha estado condicionada desde siempre para que el amor sea el centro de su vida; en cambio el varón ha sido educado también primero para buscar quién quiere ser él en la vida y qué quiere lograr... y el amor, si bien es una necesidad para él, no es el centro de su existencia... en cambio para la mujer, por más éxito que tenga en su vida profesional, por más logro que obtenga, si no consiguió el amor siente que le faltó algo fundamental... me parece que el varón en ese sentido, aunque necesita el amor... es una necesidad es más aledaña de lo que necesita la mujer...

Pregunta: Me ha gustado el título de uno de tus libros: “Si soy tan inteligente, ¿por qué me enamoro como una imbécil?”...


Gabriela Acher: Eso (risas)... Tú lo puedes contestar??

Pregunta: La verdad es que no... (risas)... aunque me puedo quedar con la frase de Ortega y Gasset: “El enamoramiento es un estado de enajenación transitoria...”... yo creo que enloquecemos... (risas)


Gabriela Acher: Sí, un poco de locura hay... pero más que locura, creo que lo que hay es proyección... O sea, tenemos tanta necesidad de enamorarnos las mujeres, que a veces agarramos a cualquier hijo de vecino que pase por ahí y lo pintamos de azul y decidimos que es el príncipe azul... pero después, cuando se le empieza a ir el color... decimos, “antes tú no eras así”... pero creo que es porque nosotras proyectamos nuestro deseo... le pintamos el color... transformamos a la persona que elegimos amar... porque tenemos mucha necesidad del amor...

Pregunta: Has hablado de alguno de tus personajes, también encontramos nombres como “Lorena del Valle”, “Chochi la dicharachera”... ¿de qué personaje guardas mejor recuerdo?


Gabriela Acher: De todos mis personajes guardo maravillosos recuerdos; Chochi la dicharachera, que en realidad es la que aquí se llamó Charito Muchamarcha me dio muchas satisfacciones porque fue el primer personaje que escribí para mí y en Argentina tuvo un éxito brutal, fue portada de varias revistas... La revista Gente me lo compró para que escribiese en sus páginas... y aquí Chicho Ibáñez Serrador al presentarme en su oficina y decirle “Chicho, soy Chochi, dichosa de estrechar su derecha”... le gusté mucho y me tomó... o sea que es un personaje que me ha dado realmente muchas satisfacciones... pero todo lo demás que he hecho también... He interpretado muchos personajes en la televisión que me han dado plenitud infinita y la gente me ha respondido siempre de una forma maravillosa...

Pregunta: Como hemos dicho ahora estás en el Fernando Fernán-Gómez con “El amor en los tiempos del colesterol”... ¿tienes algún proyecto entre manos, algún libro en cartera...?

Gabriela Acher: En realidad, en Buenos Aires, antes de venir, estaba haciendo la tercera temporada de mi tercer unipersonal que se llama “Algo sobre mi madre (todo sería demasiado)” (risas)... hago un juego con la película de Almodóvar, como con “El amor en los tiempos del colesterol” con el libro de García Márquez “El amor en los tiempos del cólera”... me gusta jugar con esas cosas...

Pregunta: ¿Qué estarías dispuesta a hacer por amor?

Gabriela Acher: Uyyyy... ¿ahora? (risas) te puedo decir lo que estaba dispuesta a hacer antes, cuando era más joven... he cruzado los océanos, he dejado trabajos maravillosos para ir a vivir al otro lado del mundo... he hecho las cosas más insólitas por amor... y no me arrepiento... la gratificación fue comparable con el salto que pegué... pero hoy en día, como ya no adorno tanto a los varones... ya es más difícil enamorarse de esa manera tan enajenada... no sé qué sería capaz de hacer... cuando me enamore te cuento... (risas)

Sofía Basalo.

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